16. Latidos del corazón

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Seoho se estaba preparando para volver a su planeta, Lisa lo esperaba sentada en el borde de su cama y eso lo ponía un poco ansioso porque sabía que ya no había vuelta atrás. Luego de terminar de arreglar todas sus cosas, se dirigió a la chica y le dio un asentimiento para confirmar que podían irse. Salieron de la habitación, el chico aprovechó para dar un último vistazo del lugar y despedirse en sí, de la tierra.

— ¿Algo está molestándote? — Averiguó la pelinaranja intentando leer la expresión en el rostro de su acompañante, pero él solo negó con la cabeza.

Ambos caminaron en silencio hasta donde se encontraba escondida la nave de Lee, la atmósfera se sentía incómoda entre los dos, pero ninguno diría nada para no que no se volviera aún más incómoda. Aun así Lisa podía darse cuenta de que había algo rondando por los pensamientos del chico a su lado; sin embargo, no era capaz de quejarse sobre ello, porque sabía que en realidad ella no era su alma gemela.

Acomodaron sus cinturones, Seoho activó el cronómetro para que la nave despegara en la brevedad posible. A pesar de que estaba feliz por volver a ver a sus padres, sentía que una parte de él estaba siendo abandonada en la tierra, como si no fuese nada; pero no podía hacer nada, más que volver y cumplir con su destino.

La nave despegó, fue capaz de escuchar un hilo de voz llamando su nombre, pero no fue capaz de descubrir quién era, por lo que sólo se concentró en su camino de regreso a su hogar. El viaje duró algunas horas, pero todo se sintió refrescante al llegar a su planeta, se disculpó con Lisa y corrió a su casa para ver a sus padres.

Young abrió sus ojos encontrándose con el peligris a su lado, pero sólo pensaba en una sola persona, así que le preguntó a su amigo por él. El rostro del menor no reflejó ninguna expresión al ver la preocupación del contrario por Seoho; sin embargo, era obvio que su corazón había sido herido sólo por eso.

— Volverá a su planeta — Respondió con total tranquilidad, pero el rostro de Kim no se mostraba de la misma manera.

El mayor se levantó de la cama, aunque no debía y tampoco podía soportar su peso por completo en sus pies, Keonhee intentó detenerlo, pero le fue difícil por la terquedad del contrario. Así Young terminó yendo en busca de Seoho, llamando su nombre por todos lados y sólo se dio por vencido cuando vio una "estrella fugaz" en el extenso cielo azul, por lo que supuso que se trataba del pelinaranja yéndose.

Volvió a su departamento sudando frío, a poco de desmayarse, pero nada de eso le importaba cuando no había podido hacer nada para detener al Minitiniano de irse. Keonhee pronto lo cargó en su espalda, lo llevó hasta la cama, lo acomodó y se encargó de atenderlo; sin embargo, él no tomaba en cuenta los esfuerzo de Lee.

— Deberías haberlo detenido — Reclamó Kim mostrando su descontento hacía su amigo y eso molestó al menor.

— ¿Por qué debería? Lo mejor es que se haya ido, si no fuera por él no estarías en tan lamentable situación — Gruñó tirando la toalla al suelo y cerrando la puerta de un portazo después de salir de ahí.

Keon estaba molesto de que lo primero en lo que pensó su amigo al despertar fue Lee Seoho, podía haber pensado en otra persona e incluso en alguna cosa, pero no en él. Lo más molesto era que le dolía a pesar de saber que Young sentía algo por el alienígena, y Keonhee no aceptaría que algo malo le sucediera a su amigo a causa de tener sentimientos por otra especie.

Lee no se interpondría en la decisión que su amigo tomara, pero tampoco permitiría que nadie lo lastimara ni que lo pusiese en riesgo. Era consciente de que el otro sólo sería capaz de ver a Seoho, por lo que estaba seguro de que no tendría una posibilidad, pero aún así no se daría por vencido tan fácilmente.

Humano [ONEUS; ⏸] Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum