XXIX: Llegando a Moscú

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Por cuarta vez en la semana, Chris Nikiforov se despertaba sudando y muy agitado en medio de la noche fresca de Moscú. Sus cabellos, algo ondulados y húmedos sobre la almohada, le producían un calor que no lo dejaba siquiera pensar.

Su mente parecía no poder discriminar entre el día y la noche al momento de funcionar. Seguía pensando en Victor y en aquel momento en el que había dejado a su hermano a su suerte cuando, borracho, se despedía de él fuera de su edificio.

La culpa era algo con lo que había cargado durante muchos meses. Se sentía culpable por no haber cuidado a Victor mejor, por haberle fallado de forma aparatosa y por ya no tenerlo a su lado.
Y, aunque al principio se había sentido feliz al saber que estaba vivo, lo cierto es que su desaparición voluntaria le había dejado con una gran tristeza. ¿Por qué Victor había decidido irse de Moscú sin hablar con él? ¿Por qué estaba tan tranquilo estando tan lejos de su familia y vida? ¿Acaso Victor estaba molesto con él? Chris podía entender que eso era posible, después de todo, él no se había comportado como un buen hermano. 
Pero, aunque el entendimiento podría estar allí, Chris sabía que si eso era cierto jamás se lo podría perdonar.

Victor era la única familia que lo había acompañado en las buenas y malas, el único que conocía y aceptaba todo de él. Si Victor le faltaba, su vida no iba a volver a ser la misma.

Suspiró agotado. La falta de sueño y la sensación de soledad no habían querido irse de su lado desde la desaparición de Victor y, especialmente, esa semana.

Se dio la vuelta por enésima vez sobre la cama y deseó con todo su ser que las horas pasaran casi volando. Necesitaba que el día siguiente llegara pronto.

Después del fin de semana de campamento, la relación entre Mischa y Yuuri se afianzó y el nivel de confianza entre ambos se disparó

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Después del fin de semana de campamento, la relación entre Mischa y Yuuri se afianzó y el nivel de confianza entre ambos se disparó.

Habían aceptado que ese encuentro sexual se había dado y, con algo más de confianza, Mischa no había querido dejarlo en un simple momento aislado. Mischa en realidad quería vivir más experiencias junto a Yuuri como pareja. Por eso lo conversaron y decidieron pasar esas últimas dos semanas de vacaciones juntos, pese a las miradas curiosas de Hiroko y Toshiya, pese a los memes de doble sentido de Phichit desde Tailandia, pese a los comentarios de la señora Alina de la panadería, quien había exclamado frente a todos que se alegraba al saber que Yuuri y Mischa ya convivían juntos y que les deseaba lo mejor. Pese a las miradas de la gente del pueblo cuando Mischa o Yuuri pasaban por alguna calle. Pese a todo, habían decidido seguir conociéndose y demostrándose los grandes sentimientos que compartían.

Nada había cambiado mucho, en realidad. Ambos seguían yendo a trabajar, seguían apoyándose mutuamente en el día a día y seguían yendo al cine, encontrándose también para tomar algo con Minami, Seung Gil y Guang-Hong.

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