XLIII. Conversaciones importantes

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Advertencia: En este capítulo hay una escena lemon entre Mila y Celestino.
Dado que no a todos les gusta esa clase de hard (con ship tan raro) aviso con tiempo.
Pueden pasarla de largo si desean. La escena comienza y termina con estos símbolos,💜💜💜💜 por los que pueden dejar de leer el texto en medio de ellos.

 La escena comienza y termina con estos símbolos,💜💜💜💜 por los que pueden dejar de leer el texto en medio de ellos

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Era la mañana del sábado y Mischa había decidido quedarse descansando en casa un poco más. Se había puesto ropa cómoda después del baño y no tenía muchas ganas de salir al tener tanto en qué pensar.

―¿Estás seguro que no quieres salir con nosotros, Mischa? Charlie sigue aquí hasta el martes y me va a presentar a algunos amigos de su hostel a quienes les vamos a mostrar la ciudad. ¡Anímate!

―No, en verdad quiero descansar, Phichit ―explicó―. Estoy saliendo de esta horrible gripe y con el frío seguro empeoraré. El miércoles llega Yuuri y quiero estar sano al verlo.

―Ay, creo que solo por eso te recuperarás al instante. El ingeniero Yuuri Katsuki es tu medicina natural más eficiente.

Mischa rió ante las palabras de su amigo y volteó a mirar hacia la ventana. Tenía muchas ganas de tener a Yuuri entre sus brazos, pero también le preocupaba lo que diría al escuchar lo que tenía que decirle. Por eso suspiró profundo y se quedó pensativo mirando algunos pájaros por la ventana.

―¿Mischa?―la voz de Phichit lo interrumpió.

―¿Ah?

―¿Estás bien? Toda esta semana estás actuando raro. No quieres comer, te quedas así como ahora, pensativo, melancólico y no te has querido levantar más de lo necesario.

―Phichit, estoy bien―contestó con voz cansada―. Solo que la visita de Yuuri es muy importante para mi y quisiera tener el tiempo para ordenar mis ideas antes de hablar con él de muchas cosas. Eso es todo.

―Bueno, encerrado aquí definiticamente podrás hacerlo. Sé que la señora Plisetsky y el pelirrojo horrible no están. Puedes estar tranquilo sabiendo que tendrás tiempo para descansar.

―Sí, no te preocupes por mi. Si no tengo fuerzas para prepararme algo, igual y pido algo por entrega. Tranquilo.

―Está bien, Mischa. Cuídate, ¿sí? ¡Y recuerda portarte bien!

―Sí, Phichit.

―Pero si te portas mal...me avisas para acompañarte...

Un guiño coqueto de Phichit hizo reir a Mischa y, sin más, su amigo desapareció cerrando la puerta.

Un guiño coqueto de Phichit hizo reir a Mischa y, sin más, su amigo desapareció cerrando la puerta

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Abogado de CocinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora