17. Saranghae

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—¿Jungkook? ¿Pero qué haces?

Jimin trató de apartarse pero los brazos de Jungkook lo retuvieron en su sitio, permitiendo únicamente que separase la cabeza lo justo para mirar hacia arriba.

Bajo la escasa luz de la habitación, identificó el lunar bajo el labio.

—He tenido una pesadilla.

—Oh.—Jimin se quedó quieto, sintiendo un poco de pena. Jungkook no dejaba de ser su Jungkook, después de todo. Siempre querría su bienestar.—¿Quieres contármelo?

Jungkook negó, deleitándose con el sutil roce de su barbilla contra el sedoso cabello de Jimin.

—Solo deja que me quede aquí.—pidió con la voz abrumadoramente ronca.

Jimin sintió como los brazos lo encerraban hasta el límite de lo posible, obligándole a permanecer completamente pegado al pecho de Jeon. Tragó saliva.

—Es que... Taehyung llegará en cualquier momento, Jungkook. Querrá dormir en su cama.

—Tienes razón.—de pronto Jimin se encontraba volando. Antes de poder procesarlo, los brazos que lo envolvían se habían anclado en sus muslos y lo estaban alzando.—Vamos a tu cama, entonces. Así Taehyung duerme tranquilo.

Se quiso reír de esa mentira. Si su plan iba como debía, Taehyung estaría roncando enroscado a Yoongi antes de que el reloj marcase las once. Y no es como si Yoongi fuese a echarle al acabar la película, ese seguro que a estas alturas ya estaba en el quinto sueño

Me encanta que los planes salgan bien.

Jungkook abrió hábilmente las ropas de cama y depósito a Jimin allí. Una vez se metió en la cama con él, tapó al rubio con mucho cuidado y después lo encerró de nuevo con su cuerpo, impidiéndole alejarse un milímetro. No supo si reír o llorar cuando sintió el pulso del rubio desbocado. Tenía la nariz enterrada en su cuello, aspirando su dulce olor mientras el cuerpo de Jimin parecía hacerse cada vez más pequeño bajo su encierro.

—Vale.—suspiró finalmente Jimin, rendido. Tampoco es que le hubieran dejado más opción que claudicar.—Hoy puedes dormir aquí. Pero solo hoy.

—Claro, Hyung. Gracias.

¡Já! Eso no se lo cree nadie.

Decidido a no reprimir sus impulsos –hacía ya un tiempo que Jungkook había dejado de hacerlo– dejó un beso largo y lento en el cuello ajeno. Agradecimiento lo llamaba él. Pudo sentir el escalofrío que recorrió a Jimin a través de su abrazo.

Su plan era dejar el beso y volver a colocar la cabeza de Jimin contra su pecho pero aquella carne tierna y suave era tan pero tan tentadora... Repasó la zona que acababa de besar con la punta de su nariz, acariciando, envolviéndose en aquel aroma a bebé. Después, volvió a besar, con la boca entreabierta esta vez, dejando un rastro húmedo que casi mata al pequeño Jimin.

—Jungkook.—su voz sonó ahogada, como un aviso sin demasiada convicción.

—¿Ah ah?—respondió sin mucho interés.

—Deja de hacer eso.—Jungkook emitió un sonidito de protesta, apretujando más el cuerpo de su Hyung entre sus fuertes brazos. Su nariz no abandonando en ningún momento aquel perfecto lugar.—Jungkook...—esta vez la voz de Jimin tenía un deje más seguro, más hastiado.

—Pero sabes que me relaja acurrucarme contigo.—puchereó.

Jimin, amparado en la penumbra hizo otro puchero pero más confundido. ¿Desde cuándo? Si se pasaba la vida huyendo de él como de la peste.

NEVERMIND ♠️Kookmin♠️Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon