31. Hasta que el corazón aguante

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Un puto maricón.

No vamos a salir juntos.

Quizá tenga que volver a tratarte mal.

Maricón.

Maricón, maricón, maricón.

Jimin suspiró en su habitación. Hacía rato que sus ojos se habían secado y ya no le quedaban mas lágrimas. Sus penas lo habian drenado, dejando paso a una fría resignación. ¿Siempre tenía que sufrir? ¿Cual era ese agravio tan grande que el universo no terminaba de perdonarle?

La melancolía le mantenía preso, firmemente maniatado entre sus garras. Jungkook no habia cambiado. Solo habia hecho falta una chispa para hacerle estallar y disparar veneno contra él de nuevo.

Con lástima, había comprendido que nada de todo lo que habian avanzado los pasados meses valía la pena. Porque Jungkook no iba a cambiar.

Y él no aguantaría otro golpe mas. Se partiría en pedazos y no estaba dispuesto a hacerse añicos.

Aquello debía terminar.

Acababa de ponerse el pijama cuando el ruido la puerta cerrándose suavemente lo alertó.

Jungkook estaba allí de pie, con la puerta cerrada y la mano puesta en el pomo.

—Hola.—Jungkook saludó bajito.

—Hola.

—Oye, lo de antes...

—Prefiero no hablar de ello.—Jimin suspiró, resignado. Habia tenido tiempo de enfriarse y pensar bien las cosas.—Vamos a dejarlo así, será lo mejor.

Jungkook sintió su estómago caer. Él también había tenido tiempo de pensar. Había sido un verdadero cabrón, el miedo lo había cegado y él no fue lo bastante hombre como para controlarse. Al contrario, solo se había dedicado a despedir veneno y decir incoherencias.

Se apresuró a sentarse a un lado del rubio sobre la cama y sus entrañas se apretaron cuando percibió su rigidez.

—Jimin. No pienso esas cosas.—comenzó, sintiendo la garganta seca.—Y tienes razón. Todo eso de maricón... No debí decirlo. Ni siquiera sé por qué lo hice. Pero no quiero que pienses que te hago de menos porque te gusten los hombres.

Jimin suspiró, guardándose su mirada para sí.

—He dicho que ya no importa.

El castaño se apretó las manos sobre el regazo, en un vano intento por controlar los escalofríos que le ponían el vello de punta.

La había cagado. Después de tener el espacio que tanto le pedía a Jimin, se dio cuenta de que no lo necesitaba, no lo quería. Solo lo quería a él. Pero había dicho la suficiente mierda como para que Jimin dudase de sus intenciones.

Tenía que arreglarlo como fuera.

—Pero lo hace.—murmuró acercando tentativamente la mano a la que el rubio apoyaba en la colcha y estremeciéndose cuando la retiró.— Mira, no sólo eres tú, ¿Vale? Claramente yo tampoco soy... Hetero. Completamente, al menos.

—¿Y qué eres entonces?—preguntó después de soplar una risa depreciativa.

—Ni idea.—se encogió de hombros clavando sus ojos grandes y tristes en el perfil del mas bajo.—Solo sé que me gustas tú.—Jimin guardó silencio. Jungkook le tomó la mano.—Entiendo que no quieres hablar pero yo necesito aclarar algunos puntos.

—¿Como cuales?

—Lo que pasó en Daegu.—susurró, notándolo temblar. Trató de aplastar la desquiciante necesidad de abrazarle para brindarle calor y protección. En esos momentos Jimin no confiaba en él para protegerlo, así que se contuvo.—Quiero hablar de eso.

NEVERMIND ♠️Kookmin♠️Where stories live. Discover now