❝Donde finalmente, Jimin asume que debe dar un paso atrás.❞
Jungkook se pasa la vida ignorando y menospreciando a Jimin, aunque el pequeño rubio haga su mejor esfuerzo por agradarle. Gasta todos sus cartuchos y los vuelve a recargar, todo por el car...
Tras aquel beso apasionado, Jimin y Jungkook se miraron a los ojos y vieron allí por fin escrita la realidad. Se amaban.
Se querían tanto que esa noche hicieron el amor, con la banda sonora de Yoongi y Tae follando unas habitaciones más allá. Los echaron del hotel por el ruido excesivo, los fans se enteraron y al final se casaron, teniendo una legión de bebitos adoptados.
Fin.
¿No os lo habréis creído verdad? 😂
Nah, ahora en en serio. Continuó con la laaaaaarga historia.
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Su corazón se había transformado en un instrumento de tortura que bombeaba dolorosamente rápido en su pecho.
La manilla de la puerta se le clavaba en la espalda baja mientras Jungkook lo mantenía apresado entre su cuerpo y esta. Tampoco es que lo notase demasiado.
No percibía las cosas con nitidez, sintiéndose en una burbuja donde todo era más flojo, menos real. Su cabeza embotada le hacía sentir lo incómodo de su postura pero no le afectaba, la descarga de adrenalina tendría la culpa, supuso.
Lo único que sentía con absoluta claridad era el beso. Aunque beso era una forma muy sutil para describir aquel feroz mordisco que le devoraba fuera y dentro.
El hambre que transmitía le hizo entender que era su responsabilidad detenerlo antes de que aquel choque de trenes llegase a mas. Intentar que su cabeza retrocediese era una tarea absurda teniendo en cuenta que la puerta estaba adherida a su nuca como una lapa. Trato de girarla a un lado, consiguiendo que Jungkook le agarrase de la mandíbula con firmeza, manteniéndolo en su sitio.
El siguiente intento funcionó. Relativamente.
Coló sus manitas en el espacio inexistente entre sus pechos para crearlo a base de fuerza con un empellón. ¿Consiguió separarse? Sí. ¿Consiguió que durara? No.
Sus labios se separaron con un chasquido húmedo e inmediatamente abrió los párpados, encontrándose con unos ojos sin iris. Todo pupila, oscuros y brillantes. Fue como observar de frente a un depredador en plena caza, justo antes de abalanzarse sobre su presa y devorarla.
Una definición bastante acertada, ya que eso fue exactamente lo que Jungkook hizo segundos después. Abalanzarse y devorar.
De la garganta de Jimin brotó un sonido de protesta mientras daba golpes no muy fuertes en el pecho de Jeon, con la cabeza algo mas fría que hacía unos instantes.
—Jung...—un bocado en su labio inferior no le dejó acabar. Se sacudió y giró la cabeza, lo poco que los dedos de hierro en su mandíbula le permitieron.—Jungkook. Suéltame. ¡Quita!—tuvo que empujarle de verdad, con fuerza, para conseguir sacárselo de encima. Trastabilló hasta alejarse casi medio metro y en cuanto el rubio tuvo aire a su disposición llevó las manos a sus rodillas y respiró. Fueron segundos donde únicamente se escuchaban respiraciones erráticas.—¿Se puede saber a qué viene esto?—reclamó una vez tuvo los pulmones llenos y pudo levantar la cabeza sin marearse.—¿Es alguna broma?
