❝Donde finalmente, Jimin asume que debe dar un paso atrás.❞
Jungkook se pasa la vida ignorando y menospreciando a Jimin, aunque el pequeño rubio haga su mejor esfuerzo por agradarle. Gasta todos sus cartuchos y los vuelve a recargar, todo por el car...
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—¡Daphne es una estirada!
—¡Y Simon es un cretino!
—¡Por lo menos tiene mundo!
—¡Los huevos cuadrados es lo que tiene! Tremendo paleto.
—¡Retira eso!
—¡Jamás!
—¿De qué demonios estáis hablando?
Taehyung y Yoongi se giraron a toda velocidad para ver a Jin cruzado de brazos en la puerta de la sala de descanso.
Acto seguido tranquilizaron sus rostros y se encogieron de hombros, como si la cosa no fuera con ellos.
—De nada.
El recién llegado alzó una ceja escéptica.
—¿Nada? ¡Estabais a punto de sacaros los ojos!
—Naaah.—desechó Taehyung.—Se llama discrepar con pasión, Hyung.
Jin negó con la cabeza.
—Idiotas...—escupió entre dientes.— Bueno, a lo que venía. Nos están llamando para la práctica de baile. Así que moved el culo.
—Nosotros que tenemos algo que mover...—masculló Yoongi levantándose lentamente del sofá.
—¿Decías?
—Nada, Hyungie.
—Eso pensaba.—los observó prepararse para salir con los ojos entrecerrados y encogerse imperceptiblemente cuando pasaron por delante suyo para cruzar la puerta, a la espera de que la furia intermitente de su Hyung se manifestase en una colleja. Aprovechando que se habían marchado, hizo un quiebro extraño para mirarse el trasero por encima del hombro.—No soy la Kardashian pero las sentadillas están dando sus frutos.
La práctica estaba resultando agotadora. Hacía un calor húmedo y asfixiante, que los hacía ahogarse mucho antes de lo debido con el esfuerzo físico.
Se oían resoplidos y suspiros, anhelantes de un buen trago de agua.
Pero incluso con el pelo sudado y los músculos ardiendo, continuaron a buen ritmo. Sus espectáculos dependían en gran medida de la preparación y exigían dar todo de sí.
Todo se torció en un segundo.
En el instante concreto en que Jimin surcaba los aires en medio de una voltereta. El suelo de la sala estaba húmedo por las gotas de sudor y el roce con las camisetas mojadas, un factor con el que Jimin no contó durante su aterrizaje.
Las zapatillas de deporte chirriaron cuando tocó el suelo y su garganta emitió un sonido horrible al perder el equilibrio y golpear de espaldas el suelo.
—¡Jimin!
Todos se precipitaron contra él, los chicos al completo y los pocos miembros del staff que había con ellos.
