21. Un punto débil

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—Jungkook.—este se centró en mirar a Jimin, quién acababa de desplomarse a su lado tras el entrenamiento.—Me duele el cuello.—se quejó estirándolo de un lado al otro con la mano en la sién.—¿Me echas un cable?

Jungkook sonrió con un toque de suficiencia.

—Te tengo dicho que dejes de hacer esos giros a los Michael Jackson. Te dislocarás el cuello.

—La última vez que lo comprobé, no eras médico.

—La última vez que lo comprobaste, tampoco era fisioterapeuta.

Jimin pasó del fastidio al puchero.

—¡Pero me duele mucho...!

Jungkook negó, las comisuras de su boca cada vez más arriba. Se arremangó aún mirando hacia el suelo. Si Jimin quería un fisio, el estaba dispuesto a sacarse un puto máster.

Cuando alzó la vista, su boca se contrajo.

Alguien había sido más rápido. Namjoon había sido más rápido.

No supo de dónde había salido, pero ahora estaba sentado tras Jimin, sus piernas estiradas encerrando al más pequeño en un triángulo sin base. Sus manos, grandes en contraposición con los finos hombros.

Jimin emitió un quejido. Volviéndose flojo y maleable cuando Namjoon frotó un punto rígido cerca de su cuello. La sonrisa del líder tocó sus ojos mientras veía a su amigo gemir con los ojos cerrados de pura dicha.

—¿Bien?

—En las nubes.—su voz era una mezcla entre jadeo y susurro.

La mandíbula de Jungkook se cuadró mientras bajaba sus mangas de vuelta hasta que las costuras crujieron. Intento morderse la lengua. De veras que lo intentó.

—Yo ya estaba ayudándole.—Namjoon hizo como si no le oyese.

—Tú estabas quejándote.—a Jungkook tal vez le jodió un poco que Jimin volviese del Nirvana solo para desdecirle.—Gracias, Namjoonie Hyung.

—A tu servicio.—sus hoyuelos se marcaron en cuanto su boca sonrió.

Jungkook agrió el gesto antes de plasmar una mueca de alegría.

—Sí, nuestro Namjoon Hyung, siempre tan atento.

—Te estás volviendo un poco venenoso, Jungkook.—la voz de Taehyung le irritó bastante, que le proporcionase un golpe al hombro echándose a su lado en el suelo le irritó mucho.—Deberías cuidar eso, nadie aguanta a una serpiente cascarrabias mucho tiempo.

Jungkook habría querido insultarle pero sospechaba que eso, lejos de resolver un problema, acabaría por darle silenciosamente la razón.

Intentó quitar rigidez a su postura, aunque los músculos de sus antebrazos estuviesen tensos y marcados bajo sus mangas. Miró a Taehyung, respirando como escudo contra la oleada de violencia que sacudía repentinamente su pecho ante su mezquina sonrisa.

—No sé, tú pareces llevarlo bastante bien.

A pesar de su confusión inicial, Taehyung no tardó en darse cuenta de que se refería a Yoongi cuando los ojos viciosamente crueles de Jungkook se detuvieron en él. Taehyung se congeló un instante mientras miraba a Yoongi beber agua, la cara rosa y ligeramente brillante por el sudor. Regresó a Jungkook, sus ojos calculadores, preguntándose cuánto sabía Jungkook en realidad.

Colocó una sólida máscara tranquila antes de esgrimir una mueca confiada.

—Mas bien pensaba en mi querido Chim.—se limpió el sudor con la manga.—Tal vez pueda darme algún consejo. Es todo un veterano aguantando a un capullo.

NEVERMIND ♠️Kookmin♠️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora