Capítulo 23. Concierto

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—¡Despierta, dormilona! Vamos tarde —Scar entra a mi habitación y la miro de reojo— Salimos en diez minutos —me dice vacilante, yo vuelvo a mirar el techo que había estado mirando las últimas cinco horas.

A pesar de no querer dar un paso fuera de la cama, me obligo a levantarme porque no debía darle poder sobre mí, no podía volver a recaer.

Los tres abordamos el transporte público, porque según lo que escuché Germán había chocado el auto con un poste, o con un establecimiento, realmente no estaba prestando atención, la cuestión aquí era que debíamos usar el tren y que en el vagón en el que estábamos había un anuncio publicitario, de un desagradable concierto. Un grupo de chicas eufóricas estaban gritando entusiasmadas por un absurdo papel.

—¡Es hoy! —exclamó una de cabello naranja con una sonrisa de oreja a oreja que quise borrarle— Hoy vamos a conocerla ¿puedes creerlo?

—¡Lo sé! —una de sus amigas compartió su alegría— No puedo creer que haya elegido dar uno de los conciertos más importante de toda su carrera justo aquí, una diosa tan perfecta como Ela...

—No puedo creer que sean tan idiotas —interrumpí la conversación de aquellas chicas, Scar me miraba extrañada mientras que las chicas tenían toda la disposición de darme unos buenos golpes.

—¿Qué dijiste? —pregunta la chica de cabello naranja

—Ella no quiso decir eso, chicas —Scar se une a la conversación entre risas nerviosas.

—Dije que son demasiado idiotas —respondí a la chica de naranja que se acercó a milímetros de mi cara, seguramente esperando que le partiera la cara— Si ustedes dejaran de idealizarla y dejaran de proyectar sus fantasías en ella, entonces tal vez podría...

Me callo de repente.

—¿Podría qué? —me tomo el momento para ver el rostro desfigurado de la chica por la ira. ¿Qué estoy haciendo?

Veo que la mano de la chica se levanta y me preparo mentalmente para recibir el golpe que nunca llegó. Germán interviene y tiene la mano de la chica detenida en el aire.

—¿Esta perra te levantó la mano? —Scar se ríe con indignación y comienza a quitarse los pendientes de sus orejas— Le enseñaré...

—Lamentamos causar molestias —le dice Germán, la chica parece estar cautivada por la belleza del chico y su rostro vuelve a la normalidad.

—¿Qué boludez dices? La única que va a lamentar algo aquí es cabello de zanahoria y...

Germán en un acto imprevisto carga a Scar sobre su hombro como si fuera un bebé y a mí me toma de la mano para sacarnos del vagón, Scar se queja mientras le da palmadas en su espalda y las personas de la estación nos miran de forma extraña. El tren se ha marchado y Germán deja a Scar sobre el concreto.

Ambos comienzan una discusión como era común entre ellos, yo observo a mí al rededor, realmente hay mucha publicidad sobre su concierto, en toda la estación, sus ojos me estaban persiguiendo. Al menos, en esa foto podía soportar mirarla, no se veía tan lastimada como hace unas horas.

Cuando vuelvo a mirar a ese par, ambos están en silencio y puedo ver que algo ha cambiado en la mirada de Germán, la está mirando como si... ¡Germán estaba enamorado de Scar! Scar por otro lado, lo miraba enfadada y un poco confundida por la mirada que le está dando Germán.

—Deberíamos tomarnos el día libre —termino diciendo.

—Sí —se apresura a decir Germán que deja de mirar a Scar como si acabara de descubrir la maravilla más grande del mundo— Voy a avisarle a los chicos —se aleja con su celular, para mí solo busca una excusa para alejarse de Scar.

Grítalo en silencioWhere stories live. Discover now