Capítulo 15. Jazmín

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Los gastos del hospital habían sido costeados por Ela, los cuales no habían sido nada baratos, tuve que sacar todos mis ahorros y le devolví el dinero en un sobre, dejé más dinero del que había pagado para devolverle lo que le había costado los víveres y la vez que me suturaron la mano. Entonces ya no le debería nada. Puede que sea muy inmaduro de mi parte lo que hice, pero ella tiene que saber que no necesito su dinero, me las puedo arreglar por mí misma. Esa es la historia de cómo me quedé sin dinero, sin celular y con unas inmensas ansias de que me paguen. Ela ha intentado redimirse en estos días. Me ha enviado 4 celulares en lo que va de la semana, y los 4 vuelven a sus manos.

—Tienes que conseguir un teléfono urgente —exclama Scarlett en cuanto me ve.

—Un buen día para ti también.

—¡Martina me tiene harta! —lleva las manos a su cabeza— Estoy cansada de ser su mensajera.

—Ya, tranquila. Lo compraré hoy ¿Ya pagaron?

—El asistente de Teresa está en la oficina efectuando los pagos ¿No te parece extraño que Teresa no sea la encargada?

—Bueno...

—Como sea. No importa —me interrumpe y me empuja hacia afuera de la habitación— ¡Vamos por tu paga!

Me río ante el entusiasmo de Scar. Subimos a la segunda planta de la mansión, la puerta de la habitación de Ela está abierta, intento ver de manera disimulada lo que hace, no lo logro.

—Hey, olvidaba decirte, quedé con algunos chicos para hablar sobre Sabrilett.

—Qué te vaya bien —le animo mientras entramos a la oficina.

—Nos —me corrige.

Miro a Scarlett con una ceja elevada, ella me ignora y sigue de largo para saludar al asistente de Teresa.

Ni loca iré a ese encuentro. No soy buena para fingir frente a los demás, además sería llevar las cosas demasiado lejos.

—Aquí están sus cheques —levanto la vista y me sorprende ver a Teo y a Ela sentados en uno de los sofás de la oficina— Scar y ¿cuál era tu nombre?

—Sabrina Gómez —contesta Ela con una sonrisa.

El asistente levanta su mirada hacia Ela con una leve confusión y termina asintiendo con la cabeza, me acerco a su escritorio. El joven me extiende un sobre, lo recibo con una falsa sonrisa.

—¡Al fin! —Scar me da un abrazo— Si quieres podemos ir a comprar un celular después de nuestra cita —grita a los cuatro vientos.

Le sonrío de manera cómplice sabiendo su intención. Respondo a su abrazo y veo de reojo a Teo tenso observando hacia otro lado y a Ela rodando los ojos. Al final de cuentas, a Teo no le es tan indiferente nuestra supuesta relación.

—Viva el amor, viva —dice el asistente con sarcasmo— Ahora largo.

—Ni que fuera tu oficina —alega Scar.

Dejo de prestar atención a la pelea de ambos y observo a Ela. Su cabello cae sobre sus hombros en cascadas, lleva puesto un corto vestido de color blanco que me hace agua la boca. Estos últimos días se ha puesto ropa muy provocativa pero no he caído en su juego, se me hace difícil no imaginarla sin ropa moviendo... ¿Qué estoy pensando?

—Sabrina, ¿ya viste? —niego con la cabeza volviendo mi atención, aunque no sé de qué habla.

—Volvamos al trabajo.

—Sería lo mejor —complementa Teo en tono seco.

—¿También recibiste un aumento? —pregunta Scar con una sonrisa de oreja a oreja.

Grítalo en silencioحيث تعيش القصص. اكتشف الآن