D I E C I S É I S

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—TN, en serio no es necesario que te quedes, Hyunjin puede darme los medicamentos o yo me los puedo tomar solo, no soy un puto niño chiquito, joder —protestó, pero lo ignoré.

—Hyunjin, por favor llévate a Ahn a su casa, yo me quedaré esta noche a cuidar al revoltoso este —Hyunjin y Ahn no pudieron evitar reírse, mientras que yo sentía la mirada asesina de Jungkook detrás mío.

—A tus órdenes jefa —hizo como militar.— Nos vemos tigre —palmeó el hombro de Jungkook y se retiró con Ahn.

—De verdad que eres insoportable mujer —me reclamó levantándose del sofá. Yo seguí ignorando cada una de sus quejas y fui a la cocina. Tomé un vaso, lo llené de agua y leí la receta de las medicinas.— Deja de hacer como si no me escucharás, porque sé que lo haces.

—Tómate los medicamentos, Jeon —aseveré y puse el agua junto con una pastilla delante suyo.

—No quiero esa mierda —respondió con un mohín.

—Joder hombre, ni un niño hace tanto berrinche como tú —le reproché cansada de su actitud.— O te tomas la pastilla o te la meto en la garganta a la fuerza, tú eliges —se lo pensó un poco y optó por tomar la pastilla bajándola  con el agua.

—¿Feliz? —fingió una sonrisa y luego salió de la cocina.

Va ser una noche muy muy muy larga.

Ni que lo digas, soy yo quien va a necesitar muchas pastillas, pero para el dolor de cabeza que me dará este hombre.

Saqué mi teléfono y le envié un mensaje a mi mamá explicándole donde estaba, no quería que se preocuparan, bueno, aunque les dejé una nota explicándoles que un amigo estaba en el hospital.

Guardé de nuevo el aparato y fui a la habitación del amargado. Al entrar, me llevé con una gran sorpresa, estaba ya cambiado y en la cama, pero no tenía nada que cubriera la parte superior de su cuerpo. Se veía jodidamente sexy, se notaba que entrenaba mucho, pero al mismo tiempo, noté todos los golpes que tenía, y eso me preocupó un poco.

—¿Quieres una foto o algo? —comentó al darse cuenta de que solo estaba parada en la puerta viéndolo.

—Deja de decir estupideces —caminé hasta la cama y me senté a su lado.— Mira lo golpeado que estás.

—Da igual —se encogió de hombros.

—¿Cómo te puede dar igual estar todo golpeado? En serio trato pero no puedo entenderte, Jungkook.

—Tampoco te lo estoy pidiendo. Te dije que te alejes de mí, incluso tú me dijiste que íbamos a ser solo conocidos, pero aquí estás.

—Porque me preocupo por ti.

—No necesito tú lastima. —fruncí el ceño.

—No es lastima, simplemente no me gusta ver a la gente que quiero, ser lastimada —sonrió de lado y luego me di un golpe mental por la idiotez que acababa de decir.

—¿Me quieres? —se levantó un poco. Yo me paré de la cama para irme o eso intenté, pero él me jaló volviéndome a sentar.— Te hice una pregunta.

—Jungkook deja... —me interrumpió.

Ni siquiera pude terminar, cuando ya tenía sus labios contra los míos. Su beso se sentía diferente al de Tae, este es más lento, suave, delicado, con ligeros toques de deseo y pasión, se sentía como estar en el cielo. Sus labios se movían a un compas lento, como si nuestros labios estuvieran bailando la melodía más larga y pacífica del mundo. Era en este momento donde nuestras discusiones quedaban de lado y demostramos que nos necesitábamos.

𝙿𝚘𝚜𝚎𝚜𝚒𝚟𝚘 | Jeon Jungkook y TN  [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora