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El olor a hotcakes y café recién hecho invadió mis fosas nasales. Comencé a despertarme lentamente, soltando uno que otro quejido de molestia. Estiré mis brazos encontrando un vacío a mi lado. Formé un puchero cuando noté que Jungkook no estaba, fue gracioso porque nadie está aquí para verme así.

Quité las sábanas que tapaban mi cuerpo, fui al baño para asearme. Mi yo recién despierta da asco, parezco un muerto o una loca que se escapó del manicomio. Mientras esperaba que el agua se calentará, me miré un poco al espejo y me llené de sorpresa cuando vislumbré los chupones que tenía en mi cuello, y que seguían por mi nuca.

Tenía muchas ganas de salir de la habitación e ir a gritarle al responsable de todas esas marcas. Aunque si lo pensaba un poco mejor, no me desagradaba tanto tenerlas, y más cuando recordaba quien me las había hecho.

Genial, ya se te está pegando lo bipolar.

Luego de que terminé con mi relajante ducha, me sequé todo el cuerpo, coloqué mis bragas y una camiseta suya. Arreglé mi cabello para dejarlo algo decente, y luego salí a la habitación. Vi que las cadenas todavía estaban puestas en la pared, verlas me hacía recordar todo lo que había pasado anoche.

Salí de la habitación para bajar a la cocina en donde se encontraba mi apuesto novio de espaldas, y preparando el desayuno. Mordí mi labio imaginándome un sin fin de cosas indecentes. Me acerqué en silencio hasta él y lo abracé por detrás.

—Buenos días, bonita —lo solté y él se dio la vuelta. Tomó con delicadeza mi rostro y plantó un beso en mis labios.

Sus labios encajaban perfectamente con los míos, cada vez que nos besábamos podía sentir que estaba volando, como si pudiera extender la mano y tocar las estrellas.

—Buenos días, guapo.

—Bonitas marcas —su mano quitó unos cuantos mechones de cabello que tapaban mi cuello. Su sonrisa reflejaba felicidad por ver aquellas marcas.

—Te pasaste —me crucé de brazos, en tanto él se lo tomaba con diversión.

Acercó su rostro a mi oído. Sentí mi cuerpo vibrar ante su cercanía.

—Yo no oí ni una sola queja anoche, entonces, significa que te gustó —besó mi mejilla y empezó a servir el desayuno.

Punto para él.

Comenzamos a desayunar, todo estaba en completo silencio. Encendí mi teléfono para ver si tenía algún mensaje de mi padre sobre mamá, pero no había nada. Dejé el celular sobre la mesa nuevamente y en eso, sonó el timbre.

Miré a Jungkook, él se veía desconcertado.

—Tal vez sea Hyunjin. —supuse, pero él negó.

—Él jamás toca el timbre, tiene sus propias llaves o a veces solo entra y ya —el timbre volvió a sonar—. Iré a ver quién es.

Se levantó y dejó un dulce beso en mi mejilla para luego irse. Seguí desayunando, pero casi me ahogó cuando oí a alguien gritar con euforia el nombre de Jungkook. Dejé la comida y salí rápidamente de la cocina, para llegar a la sala, y encontrarme a una mujer mayor, abrazando a mi novio.

¿Será su madre?

—¡Hijo! No sabes cuánto te he extrañado —lo tomó de las mejillas y lo llenó de besos.

Sí, sí es su madre, aunque Jungkook no se veía muy feliz que digamos.

—¿Mamá qué haces aquí? —quitó las manos de ella que estaban en su rostro. Él parecía molesto.

—¡Jeon Jungkook soy tu madre y tengo derecho de venir a verte luego de que te fueras de casa sin avisar! —le reprochó.

Yo fruncí el ceño sin entender nada y Jungkook tiró su cabeza hacia atrás suspirando agobiado.

—Mamá, puedes ser un poco más discreta, tengo visitas —le hizo un ademán con los ojos para que se diera vuelta. Ella giró su cuerpo hacía mí y me miró de abajo hacia arriba para luego sonreírme. Sonrisa que yo le devolví.

—¿Y está niña tan hermosa? —se acercó para tomar mis manos—. Pero si eres preciosa.

—Muchas gracias —hice una reverencia apenada por su halago—. Soy TN.

—TN yo soy Lena —le dio unas palmaditas suaves a una de mis manos.—. ¿Pero quién eres?

—Mi novia —respondió Jungkook, a lo que su madre se vio sorprendida. Era obvio que no se esperaba ese golpe.

—¿¡Novia!?

—Bonita, déjame a solas con mi madre por favor —pidió y yo asentí. Le hice una reverencia de despedida a la mujer y subí a la habitación.

Que raro fue todo eso.

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JUNGKOOK

Solo me faltaba esto, que mi madre se apareciera en el departamento. Juro que si Hyunjin le dio la dirección, lo castraré vivo y sin anestesia.

—¿Mamá qué haces aquí? —le pregunté una vez que estuvimos solos.

—Estaba cansada de llamarte y que no contestarás, de llamar a Hyunjin y que también hiciera lo mismo. No me quedó de otra que contratar a un detective privado para que te buscará y aquí estoy —se cruzó de brazos. Estaba enojada, eso no era una buena señal—. ¿Cómo es posible que tengas novia? Tú no estás capacitado para tener una, ni siquiera terminaste tus terapias con el psicólogo.

—¿Ves? Por eso me fui, no sabes hacer otra cosa más que recordarme la mierda que hice. No me ayudas, simplemente me repites a cada segundo lo de las terapias y que me tengo que meter esas estúpidas pastillas. No me apoyas, solo me das órdenes, por eso me fui, si seguía allá todas las porquerías que hice me hubieran consumido y más los reproches tuyos y de papá —suspiré y me senté en un sofá.

Ella se quedó en completo silencio, tal vez la haya herido con lo que le dije, pero es lo que siento, lo que siempre sentí. Me fui de Busan para buscar paz, para conseguir ser otra persona, para ser mejor, y sí lo conseguí, TN mejoró todo lo que yo era antes y no pienso permitir que me separen de ella.

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Pronto tendrán el contexto del pasado de Jungkook, de por qué estuvo en la cárcel, de por qué tomaba pastillas y de por qué iba a terapia.

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ᴇᴛᴇʀɴɪᴛᴇʟʏ

𝙿𝚘𝚜𝚎𝚜𝚒𝚟𝚘 | Jeon Jungkook y TN  [Editando]Where stories live. Discover now