𝙿𝚘𝚜𝚎𝚜𝚒𝚟𝚘 | Jeon Jungkook y TN [Editando]

V E I N T E

Mis ojos pesaban y mi cabeza dolía demasiado, no tenía ni la mínima idea de lo que estaba pasando o qué pasó anoche. Solo sé que ahora mismo estoy en la habitación de Jungkook.

¿Cómo llegué a aquí?

—Buenos días —mis ojos rápidamente se fijaron en la puerta por la cual Jungkook ingresaba.

—¿Cómo terminé en tu casa? —mi voz salió como un susurro.

—En la fiesta de Baekhyun te drogaron y quisieron abusar de ti, suerte que Hyunjin y yo llegamos a tiempo o quién sabe lo que hubiera pasado.

¡Oh, por dios!

—¿Pero... quién? ¿Cómo? 

—Taehyung, él junto con Jimin y Baekhyun te llevaron a una habitación, acompañados por los idiotas de sus amigos.

¡Yo sabía que el pito corto no tenía buenas intenciones!

—¡Malditos! —golpeé la cama.— ¿Y mis amigos?

—Ellos vinieron con nosotros anoche, pero les dije que se podían ir tranquilos, que yo te cuidaría —se encogió de hombros.

Ves, él es quien te conviene.

—Gracias. Pero debo irme, mis padres deben de estar muy preocupados —me iba a levantar pero él hizo que me quedara en el mismo lugar.

—Anoche te llamaron desesperadamente, yo contesté tu teléfono y les expliqué cómo sucedieron las cosas. Les dije que te quedarías aquí y que yo te llevaría hoy personalmente hasta tu casa.

Más bonito no podía ser.

—Gracias de nuevo —bajé la mirada.

—¿Te duele algo?

—Solo la cabeza.

—Bien, lávate la cara o date una ducha, ahí tienes mi ropa por si quieres algo más cómodo. Luego baja a desayunar. —besó mi mejilla y salió.

En serio es bipolar, no lo entiendo, dice que no es bueno para mí y ahora se preocupa por mi estado, peor aún, me besa la mejilla y me trata con delicadeza. Jamás entenderé a los hombres.

Tomé su palabra y fui a bañarme, pero antes busqué ropa cómoda en su armario, opté por una camiseta negra y unos pantalones grises. Me metí a bañar y dejé que el agua caliente me relajara.

¿Así que Tae solo se quería aprovechar de mi?, sabía que eso de que le gustaba era muy raro, no soy el tipo de chica que le gustan a él, era más que obvio que tenía otras intenciones, pero juro que cuando lo vea, le voy a volar los dientes de una cachetada.

Enrollé mi cuerpo con una toalla, enjuagué mi boca y luego salí para cambiarme. La ropa tenía su olor impregnado, su perfume era delicioso. Me arreglé el cabello y bajé las escaleras, al llegar a la cocina, me encontré con Hyunjin charlando con su amigo.

—Ya despertó la princesa rescatada —bromeó y me acerqué a darle un golpe en la cabeza.— ¡No vuelvas a hacer eso!

—Pues tú no digas estupideces —me senté frente a él y Jungkook sirvió el desayuno.— Me da miedo ingerir esto.

—Vamos mujer, come —ordenó.

—No te lo tomes a mal pero...no me da muy buena espina. —Hyunjin rio junto conmigo.— ¿Quién me asegura que no le has puesto un veneno o algo?

—¡Joder! —exclamó agobiado y comió un poco.— ¿Lo ves? No tiene nada, ahora come.

—A ver, primero que nada no me quieras cambiar los roles. ¿Tú ya comiste? —me crucé de brazos.— ¿Ya te tomaste tus vitaminas? —él se quedó callado.— Lo sabía.

—Carajo hermano, te tienen bien dominado —Hyunjin se burló y Jungkook con una sola mirada le borró la sonrisa.

—Me tomé las vitaminas hoy temprano y también ya desayuné, ahora deja de hacer preguntas y come —tomó la cuchara y agarró una buena porción de cereal con leche, lo cual quería meter en mi boca.

—Tampoco soy una niña —le quité la cuchara.

—¿Ahora ves lo que se siente que te quieran controlar?

Te acaban de dar una cucharada de tu propia medicina.

Cállate.

Me quedé en silencio, no tenía de otra más que comer.

—Oye tigre, te he conseguido una pelea muy buena y el dinero que vas a ganar...ni te lo imaginas —le informó Hyunjin.

Yo dejé de comer y me salí de la cocina, no quiero escuchar nada sobre esas peleas, al parecer Jungkook quiere estar bajo tierra para entender el peligro que corre. Tomé mis zapatillas y me las coloqué, en ese momento oí la puerta abrirse, no quise mirar porque era más que obvio que se trataba de Jungkook.

—¿Qué haces? —se sentó al lado mío.

—Me voy a mi casa, ya no quiero estar aquí —me puse de pie, pero él me tomó de la muñeca haciendo que me quedara.

Se levantó y tomó mis mejillas para besar con mucha intensidad mis labios, no tienen idea de cuánto extrañé sus besos, tenerlo cerca, poder sentir su cuerpo junto al mío, simplemente no podemos alejarnos, siempre el destino o la vida o lo que sea, nos vuelve a unir.

—No te vayas —pidió logrando que mi corazón dejase de latir por un instante.

—Tú ya elegiste, quieres pelear y yo no quiero ver cómo te matas lentamente, porque eres tú quien al parecer busca a la muerte —me quise separar pero él insistía en no dejarme ir.

—Quédate, quédate a mi lado y mandaré las peleas a la mierda....pero te necesito conmigo —sus ojos negros tenían un brillo especial demasiado bonito, sus labios me rogaban, pero al mismo tiempo sus ojos también.

—Pero júrame que no volverás a pisar un lugar como ese —lo miré y juntó nuestros labios de nuevo.

—Lo juro —sonreí besando sus labios de nuevo, pero esta vez de una forma distinta, más calmada y dulce.— Ahora, vuelve a la cocina y termina de comer tu desayuno.

—Pero... —me interrumpió.

—No te estaba preguntando, mucho menos está a discusión —se alejó de mí.

—Te encanta decir eso, ¿verdad? —reímos y juntos volvimos a la cocina.

No sé qué seamos, pero lo que sea, lo disfrutaré muchísimo.

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—ᴇᴛᴇʀɴɪᴛᴇʟʏ