𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖉𝖎𝖊𝖈𝖎𝖘𝖎𝖊𝖙𝖊

824 78 8
                                    

Cuando Tom regresó, era bastante tarde. Por eso no se sorprendió cuando no vio a Rosalie por ahí. Estaba seguro de que ya se había ido a dormir, así que pensó en que podrían repetir lo de la noche anterior. Pero ella no estaba, y al no verla, sintió por primera vez en su vida, como si le faltara algo.

—¿Qué demonios? —preguntó— no puede ser que se haya ido.

Levantó la almohada y encontró allí la carta que ella le había dejado, junto al collar que siempre tenía puesto. Desenrrolló el pergamino y se dispuso a leer.

«Mi querido señor tenebroso:

Ni siquiera sé cómo empezar con esto, pero lo que vas a leer, es algo que debí haber dicho hace mucho tiempo. Para mí, todo cambió el día que te conocí, aunque en esos momentos no supiera que fueras a tener un lugar relevante en mi vida. Desde ese momento, algo muy hermoso y especial ha ido tomando forma, hasta convertirse en lo que es ahora: algo que a mí me parece que puede llamarse amor. Durante todos estos días que hemos pasado juntos, me he dado cuenta de que por mucho que lo intente, nunca sería capaz de sacarte para siempre de mi vida, porque eres una parte importante de ella. Si antes de haber hablado contigo, y pasado tiempo juntos, ya estaba loca por ti, ahora es mucho peor. Ya no tengo miedo de decirte lo que siento, porque haberlo callado por tanto tiempo, impidió que esto tan maravilloso que está pasando entre nosotros, comenzara antes, pero creo que las cosas pasan cuando tienen que pasar, y me alegra mucho haber podido vivir todos esos momentos contigo.
Seguramente cuando leas esto, Arthur ya me habrá encontrado, y no sé qué suceda después de eso, pero sea lo que sea, no puedo dejar de decirte que eres alguien muy importante para mí e incluso que te quiero, y te he querido por muchos años. Pero no te asustes, solo quiero que lo sepas, eso no te compromete conmigo ni tienes que decirme que también me quieres.
No tengo idea de cuándo podamos volver a vernos, y tampoco de que quieras continuar con lo que tenemos, porque puede que no sea así, y está bien si para ti ha sido suficiente. Pero es necesario que sepas que esto es una de las mejores cosas que me han pasado hasta ahora. Me has hecho feliz en este breve, pero maravilloso espacio de tiempo, y te lo agradezco mucho.
También quiero que sepas que independientemente de que lo que tenemos continúe o no, yo hablaré con Arthur para decirle que no me casaré con él. Tal como dijiste, no hay manera de que funcione, y hace tiempo que lo sé. No puedo casarme con alguien a quien no quiero y nunca he querido, porque mi corazón te ha pertenecido desde que estábamos en Hogwarts, pero fui lo suficientemente ingenua como para creer que estar con él acabaría con lo que siento por ti. Iniciar esa relación fue un error y por eso tengo que ponerle fin. Me gustaría pedirte que no se te vaya ocurrir hacerle daño a Arthur, o matarlo, porque yo sé que lo has pensado. Él no tiene la culpa de nada en realidad, por eso es mejor que lo dejes en paz.
Espero poder volver a verte pronto, porque sin haberme ido todavía, ya me estás haciendo falta. He pensado y pensado en la mejor forma de recuperar mi vida, y en verdad espero que todo salga bien con eso. Tardaré un tiempo en poner todo en orden de nuevo, pero es lo que hay que hacer. Por mucho que lo quisiera, no podía quedarme ahí contigo para siempre.
Aunque la advertencia sobre y yo esté completamente segura de que nada te va a pasar, porque sé que no eres un mago como los demás, igual te diré que te cuides mucho, porque no tienes idea de lo valioso que es para mí queestés bien. Voy a escribirte un te quiero más, esperando que la próxima vez que lo diga, sea mirándote a los ojos, para que puedas hacerte una idea de lo mucho que te quiero. Qué cursi soy, ¿no? Pero en fin, cuando te enamoras no te importa parecer ridículo, solo quieres que la otra persona esté segura de lo que sientes. Espero no haberte asustado con esta profusa declaración de amor, porque he podido ver que no eres muy expresivo que digamos. Pero no importa, hace ya algún tiempo que perdí el miedo a que no sientas lo mismo y aunque no lo hayas dicho nunca, sé que me correspondes, a tu manera, pero lo haces, porque puedo verlo cada vez que me miras, y sentirlo en cada uno de tus besos. No quiero decirte adiós, porque odio la idea de que esto haya acabado aquí, así que prefiero decirte un hasta pronto. Pensaré mucho en ti, como lo he hecho durante todos estos años, porque desde que entraste en mi mente, no ha habido ni un solo día en que no piense en ti, que no sonría cuando me acuerdo de tu sonrisa, de tus bonitos ojos o del sonido de tu voz. Mi querido Tom, tú haces que el mundo sea un poco más bonito de lo que ya es, nunca olvides eso. Mejor lo dejo aquí, porque no vas a soportar tanta cursilería.
Tuya,
Rosalie».

En cuanto terminó de leer, Tom se encontró en medio de una confusión total. Nunca había sabido lo que era que alguien lo amara. Ni siquiera sus padres lo habían amado. Su madre no se había preocupado por aferrarse un poco a la vida ni aunque sabía que él la necesitaba y su padre ni siquiera se había preocupado por saber nada de él. Pero ahí estaba ella, Rosalie, diciéndole con palabras y demostrándole de otras maneras que lo amaba. A medida que leía las palabras que ella había escrito para él, sentía cómo su corazón parecía saltar dentro de su pecho, además de una inmensa e indescriptible emoción que nunca había sentido. Lo que más le preocupaba era que Rosalie terminara casándose con Arthur, pero estaba más tranquilo al saber que ella estaba decidida a no hacerlo.

«Por ahora, voy a dejar vivir al sangre sucia —pensó—, solo porque ella me pidió que lo dejara en paz. Y en cuanto a ella... para mí esto no ha terminado, ni quiero que termine. Voy a dejar que organice su vida, esperaré unos días para verla de nuevo. Ojalá le hubiera dado aunque fuera un beso más».

Tomó el collar que había dejado sobre la almohada y lo miró con atención. En segundos decidió guardarlo en el bolsillo, junto a la varita, porque para él era un objeto importante que le recordaba a Rosalie.

𝓥𝓮𝓷𝓮𝓷𝓸 || 𝓣𝓸𝓶 𝓡𝓲𝓭𝓭𝓵𝓮Donde viven las historias. Descúbrelo ahora