2. Cafe Latte y Donas

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Taylor

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Taylor.

Los domingos no eran del todo mi agrado. La semana paso volando, conocí a mis profesores y sus métodos de enseñanzas, y a pesar de haber empezado con el pie izquierdo por llegar tarde los primeros días, el resto de la semana fue normal, hice algunos amigos, y también me di cuenta que la mayoría de mis profesores eran muy amables.

El día de ayer, Paz me había propuesto salir de fiesta, ya que era la primera que se celebraba por el inicio del semestre, sin embargo, no estaba segura del todo de ir, prefería concentrarme en mis estudios, recién estaba iniciando, y no quería distraerme.

En el pasado disfrute mucho de fiestas, pero ahora esto no podía ser así, tenía que concentrarme mucho para mantener la beca en la Universidad.

Era domingo por la mañana. Era un día frio, estaba lloviendo y no tenía ganas de salir de mi cama. Paz estaba con su novio, así que me encontraba sola. Podía ver a través de la ventana como gotas de lluvia se plasmaban en ella.

Sentía mucha nostalgia, extrañaba mi hogar, a mi familia y amigos. Separarme de mi familia fue una de las cosas que más me costó, no es que haya sido muy pegada a ellos antes, sin embargo, extrañaba los besos de papá por la mañana, los regaños de mamá en las tardes, y las peleas que tenía con Claudia cuando me agarraba las cosas del cuarto.

A mis amigos los extrañaba mucho, eran mis compañeros de aventuras hasta hace unos años, tenía más amigos hombres que mujeres, en realidad tenía dos amigos a los que extrañaba más que a nadie. Diego era mi mejor amigo, en quien podía confiar, mi consejero, podía contarle todos mis secretos, era una de esas personas que siempre iba a estar para ti. Y Mariano, bueno pues Mariano fue mi primera vez en todo, al inicio nunca fuimos amigos, al contrario, nos odiábamos a muerte, sin embargo, nos unimos mucho por Diego, y cuando lo conocí más a fondo, fue inevitable no enamorarme de él, pero a veces el amor no siempre lo es todo.

Mariano se cambió de instituto al poco tiempo de decirnos que nos gustábamos, allí conoció a alguien; yo por mi parte sentía muchas inseguridades, era mi primera vez en una relación y tenía miedo, la distancia no ayudo, las dudas y desconfianza tampoco. Después, él me confeso que le interesaba alguien más, y yo no quería sufrir ni ser un impedimento para él, así que decidimos dejarlo todo. Al poco tiempo, él y yo nos reencontramos, y quedamos como amigos, hoy en día es uno de mis mejores amigos, al igual que Diego.

Decidida a dejar la nostalgia, encendí mi computador, entre a Netflix y busqué películas de terror. Antes de iniciar la saga de los Warren, decidí ir a comprar algo a una cafetería que estaba cerca.

Me cambié las crocs, por unas zapatillas, y me puse un abrigo con capucha, sino me mataba la película del terror por el susto, lo haría este frio.

Salí fuera, y empecé a caminar. Al llegar al lugar, me acerqué a la caja y pedí un Café Late caliente, y dos donas con glaseado, pagué y fui a sentarme a una de las mesas vacías mientras esperaba por mi pedido.

- ¡No puedes seguir comportándote así!

Una persona dentro del local había levanto su voz, y esta se había escuchado muy fuerte. Como la curiosa empedernida que era voltee a ver hacia la mesa que estaba siendo ocupada por dos hombres, podía detallar a uno de ellos, era mayor, llevaba un traje, y por su porte podría jurar que era alto. Del otro, solo pude detallar su espalda, ya que se encontraba en esa posición, también parecía alto.

El sujeto mayor, pareció percatarse de mi mirada, y se quedó prendida de ella, me miro con cara de pocos amigos, rápidamente voltee a mirar a otra dirección.

Que incomodo, nadie me manda a ser tan metida.

- Taylor. – Llamaron desde el despacho de pedidos.

Me acerque a recibir mi pedido, y me encamine hacia la puerta, sin embargo, se me adelantaron y de forma brusca las personas que antes parecían estar discutiendo, salieron, antes de que se cerrara la puerta, aproveche en salir yo también.

-:-

Era ya de noche, y me estaba quedando dormida mientras veía la película, cuando empecé a escuchar murmuros detrás de la puerta.

- Shh.... Vamos a despertar a Taylor.

- Bueno, yo te dije para ir a la fraternidad.

- ¿Enserio? Acaso no te acuerdas lo que sucedió la última vez que estuvimos allí.

- En mi defensa, yo no sabía que Cameron entraría así.

- Ya lo creo.

Y la puerta se abrió. Ellos me vieron. Yo los vi.

Era el chico que casi me atropellaba. Y estaba con Paz. Agarrados de la mano y con una sonrisa en el rostro.

- Oh, hola, siento despertarte, te presento a mi novio, Luke.

Luke me miro y como un loco desquiciado, empezó a reír.

- Pero, si tú eres la loca distraída.

- Y tú el imbécil que casi me atropella. – digo lo obvio.

Paz abrió los ojos como platos.

- Ella es la chica de la que me habías hablado, con la que casi chocas. – sonó más como una afirmación, que como una pregunta.

Luke seguía matándose de la risa, aunque poco a poco empezó a recuperar el aire que le faltaba.

- No puedo creerlo, que pequeño es el mundo.

- Si, yo que iba a creer que mi compañera de habitación tenía un novio asesino-atropella-chicas.

- Lo siento, en serio no te habíamos visto, bueno en realidad Cameron fue quien no te vio, él me guiaba. – pidió disculpas otra vez, sonando sincero.

Así que ese era el nombre del imbécil copiloto, Cameron.

Paz sonrió amablemente, y dijo:

- Bueno Tay, sé que tal vez te pueda incomodar, pero espero que no te moleste que hoy Luke se quede conmigo a dormir.

- ¿A dormir? – Dijo Luke

- Si, solo a dormir. – Replico Paz.

La verdad es que yo ya me caía de sueño, y no me importaba en lo más mínimo en lo que tenían pensado hacer Paz y su novio, así que decidí dejarlo.

- No hay problema, en absoluto. – me volví a acostar en mi cama, buscando una posición para dormir.

- Gracias, Tay.

- Gracias Tay. – Remedo Luke a su novia de una forma divertida.

Se dirigieron a la cama de Paz, y yo me di la vuelta para estar de cara a la pared.

Cameron, ese era el nombre del mal educado que también casi me atropella, y analizándolo mejor, podría poner las manos al fuego al asegurar que también fue con él, con quien había tropezado días atrás.

Cameron.

Y con ese pensamiento, me quede dormida.

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