Después del término de su última relación, Cameron tiene el corazón herido, aún enamorado de aquella chica que no lo supo valorar y lo dejo sin más.
Taylor es una revolución andante, creyente del amor, pero con baches en el camino que han dejado esa...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Taylor.
- ¡¡TAYYY!! – Claudia se lanzó a mis brazos apenas abrió la puerta de casa.
- Enana, te ves más alta. – dije, devolviéndole el abrazo.
- No me digas enana, he crecido.
- Lo sé, pero creí que preferirías que te dijera enana antes de renacuajo.
- Quedémonos con enana. – se rio.
- Claudia, ¿Quién es? – mamá se acercó hacia nosotras, - ¡Oh por Dios! – al apenas verme empezó a llorar, siempre sentimental.
- Porque no dejas de llorar y te nos unes, Laura.
Mamá se acercó hacia nosotras y antes de envolvernos en sus brazos, me jalo de una oreja.
- Soy tu madre, no Laura, mocosa.
- Siempre tan cariñosa. – la pique.
Aprecie demasiado el momento, tener a las mujeres de mi vida junto conmigo después de mucho tiempo, creo que nunca tuve idea de lo mucho que las extrañe.
- Pasemos adentro, antes de que nos congelemos. – dijo mamá.
Ambas me ayudaron a meter mis maletas dentro de casa y subirlas hasta mi habitación.
- ¿Dónde está papá? – pregunto.
- Se quedó tiempo extra en el trabajo, ya debe de estar en camino.
- Genial, no le digan nada, quiero que sea sorpresa.
- Porque no nos avisaste que vendrías hoy, pensamos que sería dentro de unas semanas más, hubiera preparado algún postre. – me regaña Claudia.
- Porque quería que fuera sorpresa, además ya me tienes aquí, podemos hacer el postre las dos.
- Hum... te tomare la palabra mañana, hoy lo preparare yo.
- Trato hecho señorita.
Claudia salió de mi habitación, y se dirigió al primer piso, específicamente a la cocina para preparar algún postre.
Ojalá no termine intoxicada.
- Te ayudo a organizar tu ropa. – mamá empezó a abrir algunos cajones y empezó a sacar ropa de mi maleta para guardarla. Sabía que algo se guardaba, la conozco.
- Dímelo.
- ¿Por qué no me avisaste?
- Ya dije que quería que fuese sorpresa.
- Okey, seré más específica, ¿Qué haces aquí? – esta vez, la pregunta era en tono serio, ella sabe que me está pasando algo.
- Los extrañaba y me provoco visitarlos antes de lo previsto.