Teach me to love [español]

11. Invulnerabilidad

Taylor

- Lo mato, yo lo mato.

- No quiero que hagas nada Paz, por favor.

- Pero como quieres que no haga nada si te ha herido.

- Yo me herí sola, yo me ilusioné, él en ningún momento parecía interesado en mí.

- ¿No parecía interesado en ti? Tay, él te abrazo como si fueran algo, pidió que le tomaras la mano, vino aquí en la madrugada para cuidar de ti, luego te besa, se porta como un caballero trayéndote el desayuno, para que después se largue y a los días aparezca enredando su lengua con la estúpida de Palmer.

Dicho así hasta yo lo veo culpable.

- Puede que tengas razón.

- Pues claro que la tengo, es por ello que lo voy a matar.

- Sin violencia Paz, además prometiste no decir nada. – Pedí, ya cansada de llorar y hablar del tema.

- Esta bien, pero no quiero que te sientas mal.

- Eso lo veo imposible ahora, pero creo que dormir podría ayudar.

- Está bien, estudiare en silencio para que descanses.

- ¿No iras a donde Luke?

- Hoy no, ya cancelé, no puedo irme sabiendo que estas en ese estado.

- No tenías que hacerlo, lo sabes, ¿verdad?

- Si, pero eres mi amiga y para eso estoy.

Estaba agradecida con Paz por su forma de comportarse conmigo hoy, es decir, me escucho y consoló y después de eso me reconforto, siendo Cameron su mejor amigo, ella estuvo conmigo.

- Gracias.

- No hay de que Tay. – Dicho esto, me recosté dentro de la cama y me tape todo el cuerpo, apenas mi cabeza toco la almohada el sueño se apodero de mí.

-:-

A la mañana siguiente tomé mi toalla, mi bolsa de aseo y me fui al baño a darme una ducha. Mientras el agua recorría mi cuerpo fue inevitable que mi mente no viajara a lo sucedido ayer, lo de Cameron tenía que parar, yo solo vine a la universidad con el objetivo de ser alguien por mí misma, de estudiar, conseguir un buen trabajo, superarme como persona, y pensar en Cameron junto conmigo, o incluso besándose con Palmer y yo sintiéndome mal, no era parte del plan. Y todo esto solo hace que recuerde en parte lo sucedido con Mariano hace un año, y vuelven a mi mente los pensamientos de ser insuficiente para las personas, de no poder ser amada.

Al salir la ducha y enrollarme la toalla en el cuerpo los pensamientos se esfumaron, aunque no del todo, pero sabía que tenía que tomar una decisión.

Tome mi celular y llame a quien podía ayudarme.

- Hola, te necesito.

- ¿Qué sucede?