Ambos están locos, disfrutaban el dolor del otro y no sabían cuando parar a pesar de los gritos de agonía que se causaban.
Izuku y Katsuki eran masoquistas al extremo, se dañaban mutuamente, pero les gustaba.
Tortura a largas horas, por semanas; inc...
Katsuki empezó a sudar frio, su mano le sangraba, el cuchillo habia atravesado su palma ocasionándole un dolor incomparable pero la adrenalina no lo hacia sentir casi nada, la sangre caía del cuchillo en su ropa ya sucia, el peliverde observaba al pelicenizo algo molesto por fallar.
Saca la cuchilla de una haciéndole gruñir de dolor al alfa, pero antes de que el omega pudiera hacer algo el pelicenizo se abalanza encima del pecoso ocasionando que su arma de Izuku saliera volando, forcejean en el suelo frio del sótano, las gotas de sudor resbalaban por su cara y estaba seguro que en cualquier momento se desmayaría.
- ¡¡Izuku pequeña mierda, deja de pelear!!.- ordeno con una mirada asesina.
- Y quieres que te haga caso.- pateo la entrepierna del mayor.
El alfa cae a un lado debido el dolor que sentía en la zona baja, Izuku aprovecho para salir debajo de Katsuki con rapidez para correr a hacia una pila de cosas donde era cubierta con una manta blanca, agarra con firmeza el pedazo de tela para encaminarse de nuevo con el alfa.
El mayor intenta arrastrase por el suelo pero siente el peso de su omega encima suyo, Izuku rodea con la tela el cuello del alfa para ejercer presión ocasionando que Katsuki entrara en desesperación por la falta de aire empezando a golpear al mas bajo, sin embargo este se mantenía firme asfixiándolo.
Sus ojos le pesaban pero aun no quería morir, reúne todas sus fuerzas para darle un puñete en la cara del pecoso provocando que se cayera a un lado soltando el agarre, tose tratando de recuperar el aliento con desesperación, trataba de pensar en algo hasta que se le ocurre una marravillosa idea.
- Detente perra.- uso su voz de alfa.
Escucho por ahí una vez cuando un alfa marcaba a un omega, este obedecía todo si utilizaba su voz de alfa ya que el instinto sumiso de los omegas no podían negarse, aun así no sabia como podia reaccionar Izuku.
Solo presencio como el peliverde se pasmaba en su sitio, se le formaba una sonrisa en la cara con un toque tétrico, tanto así que el pelicenizo se arrepintió por primera vez en su vida de algo, no debió marcarlo sin su consentimiento y menos por un momento de calentura.
Aunque lo único bueno de esta situación era que Izuku seria solo de el, no perdería a su juguete, no puedo evitar que su sonrisa saliera a la luz con un toque de sadismo en ella, puede ver como el pecoso se acercaba a el a paso lento como si estuviera cuidando sus pasos.
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Lida se encontraba en la escena del crimen con su compañera Uraraka presenciando como los forenses extraían la sangre con algunos pedazos de carne esparcidos por esa cabaña abandonada, desafortunadamente estaba seguro que era el Sr. Monoma, habían llegado demasiado tarde.
Sale de sus pensamientos al ver a su compañera de cabelleras marrones correr hacia el, parecía algo desconcertada así que se acerca hacia ella para verificar que todo estuviera bien, no tardan en quedarse frente a frente provocando que Ochako se sonrojara ligeramente.
