¿Deku?, ¿Kacchan?

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- ¡¡Katsuki cálmate, yo estoy aquí!! - el castaño tenía abrazado a su cachorro.

El pequeño alfa había explotado, como era de costumbre cuando algo no le salía bien, trataba de zafarse desesperadamente del abrazo de su madre, pero no pudo así que solo se limitó a gritar y soltar lagrimas amargas.

- ¡¡SUÉLTAME, TE ODIO!! - raspo su garganta.

El omega en un rápido movimiento lo obliga a mirarlo, mantenía una sonrisa nerviosa y a la vez triste, forcejeaban para que el infante quedara quieto, el castaño trataba de no lastimarlo ya que hace poco salieron del hospital y aún mantenía la venda en su cabeza.

Agarro los pequeños hombros de su hijo y lo sacudió con una fuerza prudente, Katsuki solo se ve obligado a ver al omega quien mantenía una sonrisa que logro confundir al menor, su madre acerco uno de sus dedos para limpiar el rastro de lágrimas.

- Ya no llores, te ayudare con tu tarea. - suelta sus dulces feromonas calmando de a pocos a su cachorro que empezó a hipar.

- Es inútil, no la entiendo. - dijo entre dientes. - soy un burro, no entiendo nada.

Katsuki tenía los brazos arañados por el mismo, esos arranques de ira se volvían matutinos, Masuro maldecía el día que su ahora ex esposa daño sin alguna piedad a su pequeño, a veces pensaba que todo esto ya no tenía remedio. Con sus brazos delgados atrajo al rubio cenizo hacia él y con el fin de formar un abrazo donde sus cabelleras puntiagudas fueron acariciadas con suavidad.

- No digas eso, tu eres inteligente. - responde con una sonrisa. - mi cachorro es muy talentoso.

- Solo dices eso porque soy tu hijo. - frunce el ceño.

- Algún día te darás cuenta de lo especial que eres. - trato de animar al infante.

Mitsuki Bakugou ya se encontraba en cárcel y pagaría su condena por años, eso dejaba más tranquilo al omega quien se dedicaría a cuidar a su cachorro que estaba de mal en peor, su autocontrol se esfumaba y se comportaba como la alfa que les hizo tanto daño.

Katsuki solo se quedó observando a su madre, simplemente no entendía porque le decía cosas bonitas, había fallado y no merecía nada o al menos en su mente era así, esos ojos castaños lo miraban con todo el amor del mundo.

- Vamos, terminemos de estudiar. - dijo Masuro interrumpiendo el silencio.

El menor solo se dejó llevar por su madre, increíblemente el castaño era la única persona que podía calmar el desastre que se estaba convirtiendo , llegaron a la mesa donde tomaron asiento y se pusieron a repasar la tarea que no entendía su cachorro.

Con paciencia y calma le explico el procedimiento al infante quien parecía entender de a pocos su tarea, incluso les dio tiempo de resolver uno que otro ejercicio juntos, sin embargo, Katsuki ya no sonreía para nada y se limitaba a fruncir el ceño.

Parecía que estallaría en cualquier momento.

- ¿Lograste entender? - pregunto el mayor.

- Si, creo que puedo hacerlo solo. - responde sin mirar a su madre.

- Entonces ahora regreso. - se levanta de la mesa.

Masuro salió de la sala para entrar a la cocina, estaba preparando unos bocadillos para su hijo, pero cuando lo escucho gritar se detuvo, ahora mismo el rubio cenizo se encontraba concentrado en su hoja de papel e ínterin leía en voz baja para entender.

Agarro su lápiz para ponerse a resolver los problemas de matemáticas, gracias a la explicación de su madre pudo resolver con más facilidad su tarea, solo fue cuestión de minutos para culminar su trabajo. Cuando termino su nariz comenzó a olfatear un dulce olor, parecía que estaban preparando galletas con chispas.

Pareja Masoquista {+18}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora