25. Pesadilla

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Ojalá esto fuera una pesadilla. Ojalá esto no fuera real. Pero, la triste realidad es que todo esto es cierto. Todo esto está pasando.

Abro y cierro los ojos una y otra vez, pero sigo viendo lo mismo: al chico con el que estoy atrapada en una relación falsa.

—¿Y-Yohan?

—¡Acertaste, cariño! Bueno, solo vine aquí para hablar contigo. Uhm, ¿qué te iba a decir? ¡Ah, si!— se acerca —No interrumpas mis planes, preciosa. Tengo tantas cosas por hacer, y si tú haces alguna estupidez, todo se irá a la basura. Solo… te estoy advirtiendo.

Se voltea y comienza a caminar en la dirección opuesta mientras choca con algunas personas. Voltea una última vez y sonríe. Me quedo solo viendo como se aleja. Termino cayendo y mi respiración se acelera.

¿Qué voy a hacer? Yohan está aquí.

Me quedo viendo a la nada y recuerdo el lugar donde me encuentro. Veo la hora. Si llego. Me levanto con lentitud, aún en estado de shock y comienzo a caminar con la misma velocidad. Rayos, tengo que llegar a esa clase… aunque en este momento no me encuentre bien.

—Ey, ¿estás bien?— escucho una voz familiar y alzo la mirada. —Yo… me preocupé cuando no llegabas, así que…

Es Anny. Trato de asentir y también de sonreír.

—Sí, lo estoy. Vamos a clases, no queremos faltar.

Ella me ve con algo de confusión y mira hacia atrás de mí tal vez buscando alguna razón de mi manera de estar. Asiente sin estar del todo convencida.

Llegamos a clases y la profesora Davies llegó después de unos segundos detrás de nosotras. Agradecí haber llegado “temprano” a clase, pero en este momento no me importaba nada de eso.

En todas las clases estuve bastante ida. Anny me veía con preocupación, pero sé que no me iba a preguntar nada, porque ella no es así. Ella quiere que los demás tengan la suficiente confianza para hablar por ellos mismos. Y en mi caso, no sé si quería hablar de eso.

Probablemente no. No quiero involucrarla en esto.

Llegamos al descanso y aún no podía prestar atención a nada. Necesitaba un abrazo, y no uno cualquiera, necesito su abrazo, pero se que en este momento no podemos estar juntos, y menos porque Yohan está por algún lado de este lugar.

—Oye, Bri, ¿estás bien?— pregunta Valery.

—Yo… ¡Sí, claro que estoy bien, Val!

—Estás mintiendo— dice Anny —pero es mejor que decidas hablar por tu cuenta, no te sientas presionada.

Las chicas asienten, a excepción de Valery, que quería saber la verdadera razón de mi silencio y actitud extraña. Anny se levanta.

—Tengo que hacer una llamada, ahora vengo— mis amigas asienten.

—Ahora que no está Anny puedes decírnoslo, con toda confianza, amiga— dice Valery. Sonrío. Por primera vez desde que apareció aquel tipo, sonrío.

Lana le da un codazo, por lo que la chica de cabello oscuro se queja.

—Tal como dijo Anny, no te presiones por hablar, Bri— sonríe Lana.

En este momento me gustaría que hubieran insistido más…

—Gracias— digo en un susurro.

—¿Puedes verlo? Estamos queriendo ser más comprensivas como Anny— dice Isa. Rio. —Val es la excepción, claro.

—No hace falta que cambien, chicas— aseguro.

Mi amor eterno Where stories live. Discover now