11. Tortura.

23 10 9
                                    

Canción: I'm a mess: Ed Sheeran.


Al finalizar todas las clases del día de hoy, todo parecía ir bien, hasta que An me dejo sola. Dijo que iba a ir junto con sus padres a ver a la señorita Hamilton, y arreglar unos asuntos. Papeleos y esas cosas. Me dijo que la esperara frente a mi casillero, en el sitio que estuve hace un rato. Antes de irse, dudo unos vagos segundos, pero no tenía opción. Tendría que ir.

Me dirijo hacia donde esta esa banca y me siento. La verdad, tengo miedo de encontrarme a Matthew, no quiero explicarle nada a una persona que apenas conozco. "El", es uno de los temas populares en mi vida, y no quiero hablar y explicar cosas que apenas trato comprender. Es todo una locura.

Me pongo nuevamente los audífonos y me pongo a escuchar música. Cierro los ojos con fuerza. Aun puedo escuchar los ruidos de chicos gritando, parece como si fuera una de esas típicas salidas de los niños en el preescolar. No conozco a nadie a parte del "chico alcohólico". Siempre me la paso con mis amigas y creo que arruine una hoy. Nunca quise hacerlo pero hay cosas que ni siquiera puedo comprender, como el hecho de la mirada de esa chica, no tengo la menor idea de quien sea. Nunca antes la había visto y su manera de mirar rencorosa, me hace dudar.

¿Quién eres realmente?

Trato de deshacer aquellos pensamientos, dejándome llevar por la hermosa música. Siento como alguien se posiciona a mi lado solo para perturbar mi paz. Me quita un audífono. «Oh no ». Justo la persona -o la segunda- que no quería encontrarme. No tiene algún derecho a saber algo.

-Justo a quien buscaba- todo lo contrario a mí. -Ahora sí, dime, ¿Quién es Black para ti?

-Ya te lo dije, no tiene importancia.

-Dime, acaso, ¿no confías en mí? Soy tu amigo -le hice una cara de "¿es en serio?" -. Está bien, pero si quiero saber porque lo defiendes cuando todo es tan obvio de él. Es una mala persona.

-No hay nada que explicar, ¿okey?

-Solo te digo, podría hacerte el daño que yo nunca te haría.

- ¡Que! ¡Ayer intentaste besarme a la fuerza! - digo sin poder detener mis palabras y me arrepiento sabiendo que ya es tarde. Él se sorprende, su semblante cambia completamente.

- ¡¿Qué yo hice que!? Bri, ¡perdóname! ¡No fue mi intención! Perdóname, la verdad no lo recuerdo pero no quería hacerlo. Rayos, lo siento- su reacción es realmente graciosa.

-No te preocupes, con que no te vuelvas un alcohólico, todo está bien- digo y reímos un pequeño instante.

Me sentí feliz, tal vez por primera vez estando con él. Pero ese sentimiento se fue tan rápido como llego. Mi semblante cambio a uno ¿asustado? ¿Sorprendido? No lo sé. En seguida, en mi campo de visión encontré cabellos rubios, ojos azules eléctricos, ropa completamente negra, alguien que se veía bastante bien, eso lo admitía porque es cierto. El terror inundo mi sistema. Se estaba acercando y quería esconderme, ser invisible, convertirme lo bastante pequeña como para que no me viera.

-No te prometo nada, pero lo intentare- Matthew seguía como si nada, pero yo, yo era todo lo contrario.

«Piensa, piensa. Solo ignóralo», me gritaba mi subconsciente, pero eso es algo poco probable, aunque era cierto. No tenía por qué sentirme de esa manera, sim embargo, lo hacía. Soy un desastre, te maldigo Anny Rushforth, ojala todo tu desastre se hubiera quedado para ti. Respiro y apoyo mi cabeza hacia atrás. La persona que estaba a mi lado, parecía no estarlo, se encontraba en completo silencio. Las risas quedaron en el pasado y su cara de confusión es lo que está presente.

Mi amor eterno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora