C A P I T U L O 2

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C a p i t u l o 2

"Harry"

Escucho el timbre de mi casa sonar y a duras penas consigo ponerme de pie

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Escucho el timbre de mi casa sonar y a duras penas consigo ponerme de pie. Mi cama se ha convertido en mi lugar seguro y solo para situaciones necesarias me fuerzo a levantarme de ella, aunque claro, tenía la opción de dejar a Jeff botado en la calle pero sabía que esta era la quinta vez que venía en la semana y estaba seguro de que si volvía a dejarlo plantado, me iría muy mal.

A través de la pantalla que me muestra las vistas que tienen mis cámaras de seguridad, me aseguro de que se trate de una visita de mi manager y al estar completamente seguro de ello, presiono el botón que le permite el acceso a mi hogar.

Me encamino hasta la cocina y ahí, me encargo de servir más whiskey en mi vaso de cristal.

— ¿Dónde estás metido, Harry? — la voz de Jeff llega a mis oídos

— La cocina — es lo único que respondo

No tardo mucho en detectarlo dentro de mi campo de visión y no me sorprende que su reacción sea de asombro en cuanto me ve.

— ¡Vaya! — dice — ¡Hombre! ¿pero qué mierda te ha pasado?

— ¿Quieres un trago? — ignoro su pregunta

— Son las once de la mañana — observa el reloj que envuelve su muñeca izquierda y yo me encojo de hombros — No podemos volver a esto, Harry

— ¿Volver a qué? Yo veo todo muy normal por acá...

— Sabes a qué me refiero — me interrumpe con su voz cargada de preocupación — Escucha, me importa un carajo detener por más tiempo el trabajo ¿oíste? Si necesitas más días para descansar me parece excelente — hace una pausa — Pero te necesitamos de regreso

— Te estás contradiciendo, idiota — río

— No, me refiero a que necesitamos que vuelvas a ser quien eres en realidad

Sus palabras me resultan amargas y aunque en mi cabeza todo da vueltas y este es el sexto día en el que no puedo dejar de beber, las ignoro y paso de largo para dirigirme a la sala de estar. Ahí, tomo asiento en un sofá siendo consciente de que Jeff está detrás de mis pasos.

— Anne y Gemma están sumamente preocupadas por ti y ni se diga los demás — continúa hablando — Ni siquiera recibes a Mitch y no contestas nuestras llamadas

— Necesitaba estar solo

— ¿Para embriagarte? — pregunta con cierto coraje y yo me limito a darle un trago a mi bebida — ¿Has vuelto a buscarla?

Me quedo callado ante su pregunta y solo mantengo mi vista puesta sobre un punto fijo en la pared: el cuadro donde está su rostro pintado al óleo.

LONDON BOY | H.S. (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora