Harry Styles sabe que tiene estrictamente prohibido posar sus ojos en alguien de su equipo de trabajo; tiene el corazón roto y en lo último que piensa es en volver a enamorarse, a este punto, tiene la inspiración suficiente para crear su segundo álb...
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¡Adiós California!
A pesar de que el tiempo aquí se había prolongado un poco más de lo esperado, por fin había llegado el momento de volver a Londres y retomar nuestro trabajo de una manera formal, pues a pesar de que habíamos venido a Malibú con la idea de leer contratos, la realidad era que el tiempo en la playa había sido mayor.
Solo quedaba una noche más para sobrevivir en este sitio y no puedo evitar remontar las emociones que me han embargado en cada instante. La ansiedad, la tristeza y el miedo me recorrían cada que me encontraba sola y acompañada, era algo que simplemente no me abandonaba y sabía que a este paso, nunca lo haría.
El mar sigue su ritmo tranquilo y el aire fresco que choca con mi cuerpo me recuerda que Diciembre está más cerca de lo esperado y nuevamente, una sensación de soledad se instala en mi pecho al pensar que pasaré las fiestas decembrinas sin compañía y probablemente arrumbada en mi pequeño departamento frío. Mamá no estaba y el resto de mi familia, entre todos ella, estarían ocupados en sus asuntos, festejando con las enormes celebraciones que suelen hacer en tales fechas.
- Ya está todo preparado - Amélie dice a mis espaldas y me giro un poco para observarla
- ¿Han llegado los demás?
- Aún no, pero no deben tardar - suspira - No quiero dejar este lugar, es mágico. Y es mucho mejor que el maldito frío en Inglaterra
- En eso estamos de acuerdo - río
- Veo que te has vuelto más cercana a Harry
- Puede que así sea - me encojo de hombros - Es decir, al menos hay mayor comunicación y ya no es tan incómodo cuando él está
- ¡Te dije que es un buen hombre! - sonríe orgullosa - Para todos los que estamos aquí se ha convertido en nuestro hermano, probablemente pronto tú puedas verlo de la misma manera
Una risita discreta se escapa de mis labios al pensar que encuentro sumamente atractivo al chico de ojos verdes y en realidad, no creo que una hermana tenga permitido ver de tal manera a un hermano.
Rápidamente sacudo ese pensamiento estúpido de ver a Harry con otros ojos que no sean los de mi jefe.
- Probablemente - me limito a responder
- Hablando del rey de Roma - murmura y cuando giro nuevamente mi cuerpo, lo veo saliendo de la casa por la puerta trasera y caminando en nuestra dirección
La sonrisa que adorna su rostro es agradable, de aquellas que te invitan a sonreír con él a pesar de no saber el motivo de la suya y aunque estamos poco iluminados y bañados por la luz de la luna, sus ojos consiguen brillar entre toda la oscuridad. La energía y vibración que irradia me hacen percibir que está de buen humor y por alguna razón, mi corazón siente tranquilidad al no ver en sus mejillas aquellas lágrimas que bañaban su rostro la tarde en que me habló sobre sus emociones.
