Harry Styles sabe que tiene estrictamente prohibido posar sus ojos en alguien de su equipo de trabajo; tiene el corazón roto y en lo último que piensa es en volver a enamorarse, a este punto, tiene la inspiración suficiente para crear su segundo álb...
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Me sentía un poco culpable al haber estado ausente del trabajo durante una semana completa después de haber estado de viaje en Japón por más de dos meses, sin embargo, debía confesar que el tiempo libre me ayudó a recuperar mis horas de sueño y sobre todo, a mentalizarme, pues gracias a Harry sabía que al llegar al estudio, una charla con Jeff me recibiría.
— ¡Alessia! — Amélie es la primera en recibirme en cuanto atravieso la puerta
— Hola a todos — saludo un poco tímida a todos los que me ven
— ¡Pero mira lo bien que te ha sentado Japón! — Ny me abraza con fuerza
— ¡Y lo bien que te ves siendo la señora Styles! — Mitch no tarda en molestarme con una sonrisa divertida
— No tengo idea de que hablas — ruedo los ojos y el guitarrista ríe fuertemente
— ¿Por qué no le preguntas a él? — Sarah señala a mis espaldas y por ende giro mi cuerpo
También había sido una semana complicada.
Con Harry habíamos decidido mantenernos distanciados físicamente durante los días posteriores a nuestro regreso con el fin de que ambos pudiéramos tomarnos un tiempo para aclarar nuestras emociones y los sentimientos repentinos que se habían dado.
Me había acostumbrado a su presencia todos los días después de ese viaje a Japón, así que el romper cierta parte de ello y de pronto verlo entrar por la misma puerta por la que ingresé hace unos minutos, hace que mis piernas tiemblen un poco.
Ver a Harry Styles era como ser iluminado por los rayos del sol.
Una parte de mí odiaba el impacto tan sobrenatural que este hombre estaba teniendo en mi vida, pero es que aunque intentara controlar este sentimiento, no podía evitar que mis mejillas se sonrojaran al percibir el rosado de sus labios y el verde profundo de sus ojos.
Deseo contenerme, no quiero brincar a sus brazos porque este torrente de emociones es nuevo para mí y no tengo idea de cómo manejarlo. Todo con él se siente nuevo y como una maldita inexperta, hay una necesidad en mi interior que pide a gritos que alguien se apiade de mí y me diga cómo debo actuar. Por ende, me quedo de pie en mi lugar admirando su luz, su lento caminar, su pureza y esos rulos rebeldes que ahora son más pequeños porque se ha hecho un corte de cabello.
Su sonrisa es grande, pero el latir de mi corazón se aloca cuando se percata de que dicha sonrisa se ensancha en cuanto me ve.
— Less — murmura mi nombre y se acerca lentamente hasta quedar frente a mí
Me he olvidado de que todos nos están viendo.
No me interesa.
¿Está mal? No lo sé, porque repito, no me interesa.
