Harry Styles sabe que tiene estrictamente prohibido posar sus ojos en alguien de su equipo de trabajo; tiene el corazón roto y en lo último que piensa es en volver a enamorarse, a este punto, tiene la inspiración suficiente para crear su segundo álb...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
*Este capítulo toca temas sensibles relacionados a problemas mentales*
Trataba de entender qué era lo que estaba ocurriendo este día.
La distancia que Alessia demostraba me tenía preocupado y un tanto atemorizado de que se sintiera incómoda ante mi presencia o de la cercanía que me he permitido tomar con ella.
Parecía a que a la dulce castaña le acababan de arrancar el corazón y ahora solamente andaba por obra de un milagro. La luz de sus ojos estaba apagada y las bolsas bajo estos me dejaban en claro la pésima noche que atravesó; no entendía, pero me daba una pequeña idea debido al diminuto sollozo que escuché venir proveniente de la ducha mientras ella estaba dentro.
Hoy teníamos el día libre, por lo que en un inicio decidí proponerle que pasáramos el día recostados en los sofás viendo algunas películas o alguna comedia romántica en Netflix, sin embargo, su rechazo me dolió, pero traté de pretender que no ocurría nada.
Probablemente, en otra ocasión habría permitido que tuviera un momento de soledad y simplemente dejarla vivir sus emociones sin ninguna clase de interrupción por mi parte. Pero hoy era distinto, porque odiaba la idea de verla tan indefensa y tan pequeña, porque me sentía un tanto capaz de ser esa persona que la protegiera, porque saberla triste y desdichada ocasionaba una fuerte convulsión en mi corazón que me dejaba un dolor indescriptible en el pecho.
Desde mi lugar, observo su delgada figura sentada sobre un sofá con las piernas pegadas a su abdomen.
Una parte de mí realmente se muere por ir hasta ella, tomarla en brazos y besarla con lentitud para ver si de esa manera, logro absorber toda aquella tristeza que la embarga este día.
Necesitaba hacer algo para poder sacarla de aquella amargura que se estaba apoderando de su pequeña alma.
Me disculpo con ella y me retiro a mi habitación solamente para sentarme al borde de la cama y teclear en el buscador de mi celular algún lugar turístico que pueda ofrecernos Tokio. Evidentemente, ante mí se desglosa toda clase de información pero, teniendo en cuenta mi objetivo, decido irme por aquellas atracciones naturales, pues me parecía que nos hacía falta esa clase de respiro un tanto alejados de los rascacielos y todo aquello que conformaba la ciudad.
Decidido, tomo un cardigan y vuelvo a reunirme con Alessia en la sala de estar, quien me observa como si me acabara de salir un tercer ojo cuando le hago la propuesta.
- Preferiría quedarme aquí, Harry - dice con voz apagada - Pero tú deberías ir, al fin de cuenta son tus vacaciones
- Nada de eso, tú vienes conmigo
- Pero, Harry...
- Pero nada - me atrevo a interrumpirla - Anda, ve por un abrigo y aquí te espero
