Crown Onyx [2]

CAPÍTULO 8

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El ACCIDENTE   

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DIANA FAVRE 

—¿Cuanto tiempo ha estado en el sótano? —Pregunte, dando un golpe en el guante con fuerza. Aguante un quejido, solo por orgullo.

Sentí la mirada de esos ojos castaños pendiente a mis expresiones faciales. Respire hondo, esperando que desapareciera un poco mi rojez en las mejillas. El salón de entrenamiento tenía un ventanal largo que daba al jardín, y el sol me pegaba directo en todo mi cuerpo. A pesar de traer un conjunto deportivo corto, moriría de calor. 

Definitivamente, esto no era lo mío.

—Una semana— Respondió Jessica, di otro golpe— Usa los nudillos, bombón.

Apreté mis labios, preparando mi puño para otro impacto, aplicando presión hasta que los nudillos estuvieran blancos. Visualice el guante rojo en la mano derecha de Jessica, y ¡Pam! Di un golpe que hizo que se moviera un centímetro.

En los miles intentos, no había podido ni hacerla vacilar. Levante una mirada orgullosa hacia mi prometida.

Jessica se saca los guantes, y esbozó una sonrisa.

—Esa es mi chica… ¡Dame cinco! — Alza ambas manos esperando que le correspondiera y chocamos nuestras palmas.

Hice un pequeño baile de celebración, siguiéndola hasta el bolso en una de las bancas del lugar.

Suspire con cansancio.

—Solo espero que sea un premio— Exclame divertida, antes de tomar un sorbo de agua. Me lanza una clase de muñequera, con un disparador en forma de botón justo en medio de la palma—Me parece muy familiar ¿No son dos?

Me observó con una risita en los labios, tomó mi mano derecha y abrochó la muñequera con fuerza. 

—Esto es la forma práctica de atravesarle el corazón— Alce mis cejas, sin entender. Cuando saca una estaca, y la desliza en la parte superior, se escuchó un liguero clic. — Con el anular presionas el disparador, y la estaca…

No le di tiempo de terminar cuando aprete el disparador y la estaca fue a su estómago. Perdí el aire, ahogando un grito. Ella cerro los ojos un momento, sacándose la madera del cuerpo. Relamió sus labios con lentitud, y yo sentí que se me saldría el corazón.

—Lo siento— respondí en voz baja, hice una mueca avergonzada.

Conectamos miradas, la suya con ese amarillo ámbar que me hace ponerme de rodillas. Relamí mis labios al ver que ella posó su mirada en ellos con deseo. Una semana sin hacer el amor, era mucho para ambas.

—Eso fue tan sexy—Exclamó ella, con una sonrisa torcida.

Solté a reír. 

—Creo que alguien debe tomar clases de anatomía…Ahí no está el corazón—Puse los ojos en blanco al escuchar esa molesta voz. 

Me fije en Jessica unos segundos, su semblante relajado desapareció sin dejar rastro. Con ganas de quitarle esa sonrisa condescendiente a esa vampira, alce mi mano derecha hacia su cabeza y aprete el botón, lanzando a toda velocidad una estaca filosa. Amina la atrapó a un centímetro de que le atraviese la cabeza, tornando su rostro serio.

Me encogí de hombros indiferente a su mirada verdosa, cogí otra estaca, muy pronto yo dejé de ser objeto de su atención, llevó sus ojos a mi prometida, mas sombríos y con un brillo extrañamente burlón. La hibrida la ignoró, y se inclinó a mí.