CAPÍTULO 23

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EL AMANECER

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AMINA BELANGER

8pm

Subí la bota a una de las bancas del cuartel. Ate rápidamente los cordones para seguir con la otra. Atlas se sienta a un lado, también con el uniforme de la elite. Deja su AK-47 apoyada al borde de la banca y suspira.

Solté una risa con burla.

—¿Tienes miedo?— Cuestione, bajando el pie. —Si dudas, mejor quédate aquí y déjamelo a mí.

Ajuste el chaleco anti balas. Levante la mirada al espejo frente a mi. El uniforme de la elite era para estas misiones, las de dentro del límite. Su color era negro, sin escudos ni nombres, con bolsillos suficientes para todo lo necesarios como municiones, navajas, dagas. Y en la espalda, lleva dos cuchillas en una funda doble que formaban una X.

—Eres un vampiro, no Dios— Espeta.

—Manzana, naranjas, no hay diferencia—Respondí vagamente antes de sentarme a su lado.

Del bolso a mis pies saqué una bolsa de sangre, la abrí para beber una gran cantidad, rompería el trato con Diana, pero debía mantenerme fuerte.

—¿De verdad crees que podemos salvarla?—Murmura, observando sus manos.

Le extendí la bolsa y él la aceptó.

—Si— dije con firmeza. Gire mi cabeza para verlo.— ¿Todavía la amas?

Me miró, su mirada idéntica a la mía, recorrió mi rostro, queriendo analizarme.

—¿Y tú?—Preguntó.

Baje la cabeza, sintiendo mi corazón latir con fuerza. Las malas noches me pasaron factura y me sentí débil, indefensa.

—Más que nada en este jodido mundo—No lo dude.

Desvió la mirada a sus zapatos, ahora, y soltó un suspiro tenso.

—Tal vez ya no sienta el mismo amor sentimental de antes, pero la amo y daría mi vida por ella— Ahogó una risa, queriendo burlarse de sus palabras. — A veces siento que nuestra familia no está completa sin ella.

Asiento.

—No se como va a terminar este lío entre ustedes, pero tienes todo mi apoyo, carajo— espetó— y si necesitas meterte dentro de un límite lleno de monstruos para salvarla, yo te sigo— Alzó su mano esperando, chocamos las palmas antes de un fuerte apretón de manos.

Se escucharon unos aplausos al final del cuartel, giramos al mismo tiempo, y casi maldecimos al unísono.

—¡No!—Me levanté.

Abel alza las brazos, y dio una vuelta, luciendo el uniforme.

—Ya me puse el uniforme y besé al chico que amo por si no vuelvo a verlo— Carlos se sonroja, tratando de ocultarse detrás de él.—Así que estoy listo para morir con ustedes si es necesario.

Atlas se puso a mi lado, igual o más tenso que yo. El idiota de mi hermano menor se detuvo frente a nosotros, y se tornó serio.

—Tres son multitud y eso es lo que hay que evitar—Explique entre dientes.

—¿Qué me dices del brujo?—Cuestiona con una sonrisa irónica.

—Es necesario, y tú no... Vete—Ordené.

Crown Onyx [2]Where stories live. Discover now