CAPÍTULO 28, PARTE 3

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EL ÚLTIMO DÍA

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"Lo que es creado dentro del límite no sobrevive fuera, es una ley, la inmortalidad de los híbridos dependerá de eso mientras siga existiendo esa barrera" Híbridos, su origen de Kanhara Cavalier. Aprobado por la alianza Triple Diosa y el tratado triqueta para su distribución.

AMINA BELANGER

Atlas: Tenemos la ubicación. Están cerca del santuario de Liayh.

Atlas: Voy para allá con el brujito, apúrate.

Guardo mi teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón. Cargo la pistola con las balas de madera, y otra con supresores híbridos. Usualmente fumar me calma, pero el cigarro me hastío luego de un buen rato así que doy la última calada, lo boto al suelo y lo aplasto con mi zapato derecho.

Exhalo el humo, y vuelvo a mirar a Adam. Su corazón no latía, su piel aún estaba morada. Abel se mantiene serio, recargado en la pared de piedra.

—Jessica apagó el teléfono—Carlos entra al calabozo, dándole una mirada fugaz a Adam. — Vicente dice que la vio subirse al auto.

—¿Diana?—Pregunte.

Frunció los labios y negó.

—Cuida a Adam, hiere de vez en cuando su pecho—le ordenó a Abel, él asiente. Carlos observa como guardo la pistola, al notar mi mirada sobre él, sus ojos enrojecen. —Ve a estar con ella, y me dices como esta. Aún nos quedan un par de horas.

Suelto un gruñido al escucharlo sollozar, y con dificultad le doy un abrazo tosco.

—¡Hey, hey! Sabes que haría lo imposible para no perder a ninguno de ustedes dos. Son mis hermanos— Le susurro. —Espera unos minutos cuando me vaya y después sales tú.

Lo dejo junto a Abel, y salgo del calabozo. Al entrar a la sala de estar, me detengo a mirar el sol por las ventanas que daban al jardín trasero. Tarde. 7 Am. La garganta se me seca y mi sistema me pide algo para beber. Bajo los escalones con lentitud, dirigiéndome al bar en la esquina de la sala.

Saqué una botella de Whisky de la despensa, y me sirvo un trago. Al terminar de beber, escucho algo tras de mí, una corriente de aire. Deje el vaso en la barra, y suelto una sonrisa falsa.

—Te advierto que no estoy de ánimo para lidiar con mujeres desquiciadas y malévolas—Suelto con burla. —Y mira que son mis favoritas

La volteo a ver. Se encontraba sentada de piernas cruzadas en el sillón. Su cabello rubio estaba en una coleta alta, y llevaba un vestido de su color: rojo.

—Hieres mi pequeño y frío corazón, Belanger— Exclama Giselle con sarcasmo.

—¿Cómo entraste aquí? Es terreno de la alianza—Pregunto.

Alza su mano derecha, luciendo un anillo con una piedra azul.

—Es de Ziah, con el sale del límite y logra entrar a lugares de alianza— Dice con una sonrisa divertida. —Magia Demoniaca pura.

—Ella no se quita sus anillos, nunca. ¿Cómo...—Tuerce su sonrisa y me mira con obviedad. Hago una mueca de asco— Eeew.

Suelta a reír.

—Del uno al diez... un once. Hace una cosa con la boca ¿Será una técnica milenaria...—La interrumpí, con un escalofrío en la espalda.

—Entre híbridas despechadas se entienden—Me encojo de hombros. —Sabes qué sería de gran ayuda... que tomes a tu Romea para ir hacia el horizonte juntas y vivir su romance shakesperiano. Es más, pueden saltarse un par de actos e ir directo donde las dos se suicidan, yo las podría ayudar..

Crown Onyx [2]Where stories live. Discover now