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🅝︎🅐︎🅡︎🅡︎🅐︎🅓︎🅞︎🅡︎

Astrid y Hiccup se encontraban caminado hacía el lugar que había indicado Haddock, decidieron ir caminando ya que estaba cerca de su residencia. Mientras caminaban hablaban de cualquier cosa que se les ocurriera y ambos se escuchaban con atención hasta que llegaron al café

—¿Y sueles venir mucho aquí?— Se interesó Astrid al entrar al lugar.

— Pues cuando estaba en la universidad solía venir acá a hacer algún trabajo, se a vuelto una gran cueva para mi.— Buscaron mesa y cuando la encontraron, Hiccup corrió la silla para Astrid.

— Gracias... Es demasiado hermoso, yo salgo a correr a menudo por está zona, per jamás lo había reparado.

— Tiene una buena pinta y el olor a panadería lo delata.

— Buenas tardes, ¿que les puedo ofrecer?— Pregunto la mesera llegando a la mesa.

— Yo quiero un pai de manzana y una avena y ¿tú As?

— Desearía ver las opciones.— Sonrió.

— Claro ya se lo traigo.— Al rato volvió con el menú y la avena para Hiccup.

— Y bueno que se te apetece, yo invito.— Ofreció Hiccup dándole un sorbo a la avena.

— La verdad no lo sé todo se ve delicioso, pero está ensalada de frutas me llama.— Se la señaló.

— Perfecto.— Asintió y llamó de nuevo a la mesera.

Al rato empezaron una conversación muy amena y deleitandose por la grandiosa comida, Astrid había descubierto su nuevo lugar favorito. Agradecieron mutuamente que ninguno debía ir a otro lugar y pudieron pasarse los números, como no lo habían heco antes. Cuando ya se iban a ir, ambos pidieron de más unas galletas.

— Y bueno As. ¿Soltera, casada, Compremetida?— Arqueó una ceja con diversión.

— ¿Qué? No, soltera desde hace un Año más o menos.

— Yo también más o menos dos Años...— Hablo con algo de extrañes, hace mucho no hablaba de su Ex.

— Pero todo bien ¿No?— Río un poco y vió su reloj.— Wow, ya casi son las seis. El tiempo si que pasa rápido.— Le dió un mordisco a su galleta.

— No es mentira, de verdad estoy feliz con está salida.

— Yo también Hiccup, gracias.

Se sonrieron con dulzura, casi tal como el sábado en la noche, pero esta vez un trueno los alertó.

— Dioses... No puedo creer que vaya a llover.— Susurro Hiccup.

— Pues parece, deberíamos irnos ya.— Él Asintió.— Iré al baño.— Ambos se levantaron.

Astrid fue directo al baño a lavarse las manos y recordaba esos ojos Verdes, que le estaban causando escalofríos. Cuando salió lo diviso en le marco de la puerta y sonrió inconcientemente.

— ¿Nos vamos?— Llegó donde él.

— Claro.

Al igual durante el camino de nuevo hablaron con mucha confianza, aunque tuvieron que acelerar el pasó porqué el agua asechaba.

Ya en el ascensor estaban tan metidos en ellos que no se dieron cuenta cuando las puertas se abrieron y Astrid debía salir ya.

— Oh, Llegué...— Observó Astrid y Ocultó su decepción.

— Se fue rápido el tiempo desde que llegamos.

— Ya lo creo...— Miró a otra parte y Hiccup retuvo las puertas a cerrarse.— Gracias por hoy.

— Gracias a ti por aceptar, no todos vuelven a hablar después de una fiesta.— Río un poco.

— De verdad me caes bien, Hiccup.— Lo miró con Valentía.

— Tú También a mí, Astrid.— Se vieron con una sonrisa y las puertas se volvían a cerrar.— Auch, creo que las voy a terminar dañando.

— Sí, bueno, Adios Hiccup.

— Adios Astrid, descansa.

— Tú igual.— De dieron una última mirada antes que las puertas cerraran.

Y secretamente, ambos querían que esa noche aún no terminará.








Había Cena. Nada más que decir.






🌔

𝘊𝘈𝘔𝘐𝘕𝘖𝘚Where stories live. Discover now