E X T R A (2)

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— Storm ¡Odia las demostraciones en público!- Explicó Astrid moviendo un lapiz- No deja que nadie se le haga el cursi.

Asentí antento.

Ya habían pasado varias semanas desde mi encuentro con Storm y de que me había prometido salir con ella antes de irme a Londres. Entonces Astrid me estaba ayudando sabiendo algunas cosas importantes, ya habían entrado estudiar y ella había vendido junto mi Prima a casa.

-Perfecto. ¿Qué más debo saber? ¿Música que odié?

-Le disgustan la música que pone papá, pero creo que es por el ambiente, así que nada de Discotecas.

-Bien...- Me rasque la cabeza- ¿Algún lugar donde la pueda llevar?

-Ah no niño, eso ya lo piensas tú a mi ya no me metas en eso.- Se cruzo de brazos y se recostó en el sofá.

-Pero... Aún faltan cosas.- Me queje.

-Muchas cosas tendrás que averiguarlas tú solo, yo te ayude en lo básico.

Yo resople. Era verdad, yo debía aprender esas cosas aunque sea a las malas. Solo esperó no cagarla.

-¿Entonces cuando empezamos con el plan?

-Mañana podría ser.- Miró a mi prima y esta asintió- Sí, mañana a la salida del colegio.

-¿No me golpeará?

-Solo se directo, pasivo y no tan estúpido.— Lo decía como si fuera pan comido.

-Lo de estúpido sera difícil.- Se burló mi prima y yo la miré mal y Astrid rió.

-Tranquilo Tanlos, tal vez Storm jamás haya tenido una cita pero no te golpeará a la primera, bueno si te sobrepasas obvió.

-Eso jamás.- alcé las manos.

-Más te vale.- Me señaló.

El resto de rato ellas hicieron tarea y cuando Astrid se acordaba de alguna cosa interesante. Mientras mi tiempo aquí conseguí un trabajo de sacar los perros de los vecinos al parque ya que ellos no podían, sí podía ser un trabajo pequeño pero podría ahorrar más dinero.

-Bueno debo irme, ya llegarón por mí.- Aviso Astrid terminando de guardar sus cosas en el bolso.

-Esperemos que la maestra le guste nuestro trabajo.- Mencionó Mi prima también guardando unas cosas.

-Esa profesora no la complace nadie.- Se burló- Bueno, adiós Toni y adiós Tanlos suerte con lo de mañana.

-Adios As y gracias.

-No hay de qué, pareces como el hermano que nunca tuve.- Yo le sonríe. Me impacto que me lo haya dicho, a mi también me parecía la hermana que nunca logré tener.

Mi prima y yo vimos a Astrid subirse a un auto y desapareciendo por la calle. Hicimos la cena ya que mi tía llegaba muy cansada del trabajo entonces para cuándo llegará comiera sin complicaciones.

𝘊𝘈𝘔𝘐𝘕𝘖𝘚Where stories live. Discover now