# 1 8

430 25 4
                                    


🅝︎🅐︎🅡︎🅡︎🅐︎ 🅐︎🅢︎🅣︎🅡︎🅘︎🅓︎

De todas las cosas que se me pudieron olvidar en la vida, luego de comportarme como una idiota llorando frente a Hiccup, se me tenían que olvidar mis llaves.

En éste momento estabamos en el pasillo a mi casa esperando un milagro.

— Quiero dormir... Quiero mi cama.— Solté frustrada.

— Vamos a mi casa.— Lo miré.— No te voy a dejar aquí a que sufras.— Se cruzo de brazos.

— Hiccup... No, no puedo ir a abusar.— Negué.

— No nada de eso, no estás siendo abusiva, estas mal Astrid así me lo niegues.— Habló compasivo.

No quería admitirlo, pero me sentía mal y el aruñon en mi mano a causa de mis uñas es prueba de ello.

— Bien... Gracias.— No tuve más de otra que aceptar e ir directo a su casa, me sentía bien con él.













— Hola Chi.— saludé a Chimuelo al llegar a la casa.— ¿Como estás? Hace tiempo que no te veo.

— Mjj ¿Quieres algo de tomar?— Me ofreció desde la cocina.

— Mmm, ¿Qué me ofreces?— Cuestione entretenida con Chimuelo.

— Muchas cosas, Hofferson.— Lo miré con los ojos bien abiertos y él solo me guiñó un ojo— Bien, tengo Jugos, teas, coca cola, Cervezas...— Contó.

— Dioses... ¿Por qué tienes cervezas?— Lo miré confundida.

— Para cuando vienen los chicos.— Respondió sin más.

— Interesante...— Solté una risa y seguí con Chimuelo.

— Bueno y tengo también yogurts.

— ¿Tienes aromáticas?— lo miré mordiendome el labio.

— ¿De que Sabor? Tengo Manzanilla y hierbabuena.

— Manzanilla, por favor.

— Perfecto.— Me sonrió y empezó a preparar.

Yo me senté en el sofa y aún estaba un poco perdida entre mis pensamientos, mientra que Hiccup preparaba el tea. Cuando estuvo listo me quité la chaqueta y empecé a tomar, mientras Hiccup me sacaba conversa.

— Tiene el pelo tostadito.— Le señalé a Chimuelo, el cual ya dormía al lado mío.

— Tengo que llevarlo a que lo bañen y le corten las uñas la próxima semana.

Yo asentí sin más que decir, me concentre en mi bebida que me estaba ayudando un poco. Cuando la puse al lado de mi brazo, aún estaba la taza caliente y me queje bajito, pero Hiccup me escucho.

— ¿Estás bien?— Me miró y asentí. Pero Medio Voltie el brazo a su dirección y él ya lo miraba.— ¿Qué pasó aquí?— Sabía de lo que hablaba.— ¿Ya te hechaste algo?— Negué con los ojos cerrados.— Dioses, Astrid.— Se levantó a buscar algo.

Noté aquel feo aruñon rojo de mi brazo más los pellizcones, los cuales me los había empezado hacer hace días por el estres y hoy en el auto seguí haciendolo. Él volvió con alcohol y me miró para que me tranquilizara.

— Ya está...— Susurro y si me ardió esa cosa.— ¿Cómo fue que pasó?— Quiso saber con pasives.

— Con las uñas... Fue por el estres.— Ahora si lo miré. Él tenía su mirada atenta a mí y sin decir nada me acarició la mejilla.

𝘊𝘈𝘔𝘐𝘕𝘖𝘚Where stories live. Discover now