Capítulo 6

329 33 8
                                    


Zaida nunca se había sentido tan suelta en una cena hasta ese momento, la conversación no hacía más que fluir y eso le daba más que confianza para contar de sus peores hazañas. Ya le había dicho un montón de cotilleos, de los típicos que soltaban los padres en plena cena de Nochebuena con el único fin de dejarte en ridículo, que siempre terminaba con un "Es algo bonito de recordar" aunque todos son conscientes de que no es así.

—Mi primer novio fue un capullo, cuando terminamos le dije que me había vuelto lesbiana y como no me creyó tuve que comerle la boca a la que era mi mejor amiga en aquel entonces, yo no tenía ni idea de que ella si lo era, acabamos teniendo problemas y desde entonces no nos hablamos.

—¿Cuántos años teníais? —inquirió alzando una de sus cejas.

—Catorce —se carcajeó con solo recordarlo—, menos mal que no me conociste por aquel entonces. Era una niña muy chillona, cualquier cosa me irritaba.

—¿Ya no lo eres?

—No, al menos no tanto, si lo fuera Leyre no me soportaría —atrapó su labio inferior con sus dientes y negó con la cabeza de solo pensarlo. No. Definitivamente no harían una buena combinación—. Leyre es una de mis mejores amigas, es como la mamá del grupo, puesto que es la que a simple vista parece más sensata... Después estoy yo, aunque no lo parezca.

—¿Y quien se lleva el puesto de la insensata?

—Cyara —la mencionó con una sonrisa burlona—, la rubia está en su mejor vida, es más joven que nosotras por un año y, en definitiva, es la más alocada. Puede parecer tímida en un primer momento, pero en cuanto la conoces te das cuenta que es una cachonda. Eso si, tampoco hay que confiarse que Cyara es de las que te hace llegar a la gloria pero que con solo una mirada te baja el puto mundo. Tiene su magia.

—Insensata, alocada, rasgos de dominación a la vista... Es interesante, deberías de recomendarle un club que está en la ciudad, está en su momento más prestigioso y lo más probable es que necesite invitación para entrar pero con decirle mi nombre puede hacerlo.

—No creo que quiera, es más de quedarse en casa leyendo... Ella aprobó todo este año así que seguro aprovecha para emborracharse leyendo.

—¿Emborracharse leyendo? —preguntó divertido.

—Es una borrachera todo lo que esa mujer lee, todavía no entiendo como la ciega del grupo soy yo y no ella, de leer tanto debería de usar gafas... Lo mínimo es que se le canse la vista, ¿no?

—No he estudiado óptica, no sabría decirte —se encogió de hombros con desinterés—. ¿Tú por qué necesitas gafas?

—Porque no veo.

—No me digas... Y yo que pensaba que era porque no escuchabas —farfulló sarcástico.

La morena no pudo evitar reírse al escucharlo, quizá su respuesta había sonado demasiado estúpida. Era obvio que si llevaba gafas era porque no veía. Llevó sus dedos a la patilla derecha y se las sacó, las dejó en la mesa y ladeó la cabeza para mirarlo sin ellas.

—No estoy ciega, no del todo, normalmente solo las uso para conducir y para leer, es decir, cuando estudio. En el día a día ando sin ellas —aclaró—. Aunque hay que admitir que me veo muy sexy con ellas, ¿no?

—Estoy completa y absolutamente de acuerdo —asintió, sus labios se torcieron en una malévola sonrisa y miró con curiosidad las gafas, si ella le dejaba estaba dispuesto a darle un uso muy útil esa noche.

Claro que a ella no le pasó desapercibida esa mirada, no le sorprendería nada, ya le había vendado los ojos en su primer encuentro. ¿Qué más podía llegar a pasar? ¿Todo lo que le había mencionado anteriormente?

"Sé que no a todas las mujeres les gusta que le azoten el culo o que le pellizquen los pezones, soy consciente de que envolver mi mano alrededor de su cuello no tiene por qué ser algo de su agrado, que tirarle del pelo no tiene que excitarla..."

¿Intentaría eso con ella? ¿Le excitaría que le azotaran las nalgas, que sus dedos pulgar e índice apretaran sus pezones? ¿La pondría cachonda algo tan extremo como quedarse sin respiración porque sus dedos están clavados en su garganta? ¿Se correría mientras él le tiraba del pelo sin piedad alguna, sin miedo al dolor?

Diablos, si.

Si y mil veces si.

Si con tan solo imaginárselo ya estaba presionando sus piernas para que su coño no palpitase en busca de atención. Salir del restaurante sería todo un desafío y más sabiendo que él la había invitado a pasar la noche juntos.

—¿Qué pasa, princesa? —cuestionó, acto seguido remojó sus labios con su lengua y la miró expectante. Si, sabía de sobra que su mente había volado a otro lugar y estaba a otras cosas—. Si no quieres decírmelo creo que puedo averiguarlo por mi cuenta.

—¿Y cómo se supone que harás eso?

—Créeme que no será difícil —sonrió socarrón—. Te estabas mordiendo el labio, cruzaste tus piernas casi de manera instantánea, tus ojos han oscurecido más todavía... Si pongo mi mano en tu pecho me encontraré con el acelerado latido de tu corazón, si la pongo en tu coño saldrá de allí mojada. ¿Me equivoco, princesa?

Sus labios se secaron, al parecer era un buen observador y sabía como dejar a alguien sin aliento con solo un par de oraciones bien formadas. Si, tenía una buena labia, con razón le había gustado tanto.

—¿Y que me dices de ti, eh? —contraatacó—. Pareces muy atento a todo.

—Lo estoy —admitió—, escucho con atención y observo con detenimiento. Si pones tu mano en mi pecho también te encontrarás con mi pulso acelerado, si la pones en mi entrepierna te sorprenderás de lo duro que me encuentro ahora mismo. Yo, a diferencia de ti, sé disimular, estoy desesperado por arrancarte la ropa y follarte sin piedad contra el colchón de mi cama, pero no dejo que eso interfiera a lo que estamos viviendo ahora.

—Quizá yo también quiero eso...

—Quítale el "quizá" —tomó las gafas de su acompañante y las guardó en su bolsillo—. No las vas a necesitar, yo te llevo. A mi si que me serán de utilidad.

—¿También necesitas gafas para conducir?

—No las usaré para conducir —aclaró su garganta y alzó una mano para pedir la cuenta, zanjando la conversación y dejándola con una docena de preguntas corriendo por su mente.

Húmedas sensaciones Where stories live. Discover now