Capítulo 11

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Zaida está más que feliz cuando llega el fin de semana y puede convencer a sus amigas para ir a Moleko, además de que encuentra la ocasión perfecta para poder presentarles en persona a Alan. Claro, ahora lo veían como un niño pijo con extraños gustos sexuales: vestía bien, tenía dinero y se llevaba bien con los dueños de un club fetichista.

Se mira en el espejo y sonríe al ver que ese vestido de color azul le sentaba increíblemente bien, estaba preparada para escuchar los halagos de Alan nada más verla. Después mira a sus amigas, cuestionándose por qué tiene que ser heterosexual con lo buenas que están las dos, la rubia con aquel vestido de color rojo y Leyre con uno negro, que a ambas les queda a la perfección.

—¿Confirmamos que estamos buenísimas? —cuestionó la morena cruzando la puerta para salir al exterior.

—¡Confirmamos! —la respuesta de sus amigas llegó al unísono, haciéndolas reír a todas.

Alan las esperaba en su coche, pero nada más verlas salió con rapidez para abrir las puertas, queriendo verse como un caballero. Zaida mordió su labio inferior fijándose en ese traje que llevaba, que tan bien le sentaba a su cuerpo. Era una pena que tan elegante y costoso fuera a terminar en el suelo de su habitación.

Intentaron pasarse el viaje entre bromas para disipar la tensión que tenían sus amigas en los asuntos traseros, más de una vez estas se rieron. Cuando aparcó el coche les dio unas cuantas instrucciones, más que nada para que no se asustaran si veían algo que se salía de los límites de lo "normal".

Zaida estaba completamente fascinada con el club, no se podía decir lo mismo de sus amigas que tras beber el primer trago ya se habían acomodado en uno de los sofás de cuero. La presentación de Joel tampoco fue de su máximo agrado, a pesar de que este fue lo más amable posible.

—No sabía que conocías tú tan bien a esta gente —puso una de sus manos en el muslo de Alan y lo acarició de manera sutil.

—Hay tantas cosas que no sabes...

—Podrías decírmelas —sugiere alzando la mirada, pues sus ojos estaban mirando con atención el movimiento de su mano—, es mejor que descubrirlas.

—Fui aprendiz aquí en Moleko —mordió su labio inferior mientras daba una rápida visual a su alrededor—. Me sentía raro por mis gustos sexuales, a veces incluso enfermo, en el porno lo fingen tanto que incluso me daba asco... Pero aquí supieron entenderme, me guiaron demasiado bien, créeme.

—¿Todo lo que sabes lo aprendiste aquí?

—Había follado antes, princesa, pero lo de dar azotes y saber la precisión exacta era algo nuevo para mi... Me debe de gustar a mi pero también a la otra persona, de eso se trata. En Moleko se busca el placer de ambos por igual, sin importar cual sea la práctica. Además, sé hacer unos nudos increíbles, soy hábil con ello.

—Quizá deberías de enseñármelo —susurra com el fin de provocarlo—. Me gustaría que me atases a la cama algún día.

—¿A la cama? Eso está muy visto ya, yo prefiero atarte a otros lugares... Pero prefiero que vayamos paso a paso —besó la punta de su nariz.

—¿Sabes que prefiero yo? Otro trago de esto —alzó su vaso—. ¿Te importaría ir a por más?

—No te emborraches —advirtió levantándose para caminar a la barra en busca de más.

Mientras tanto aprovechó para hablar con Leyre, que estaba entretenida mirando su teléfono móvil, Cyara había ido al baño y todavía no regresaba, quizá se distrajo por el camino.

—¿Que te dijo tu novio?

—Que me emborrache, eso dijo —sonrió ampliamente al verlo llegar—. También deberíamos de ir a bailar, vamos Leyre.

—No quiero bailar.

—Yo si que quiero, algo aquí tenemos que hacer. Bailar o subir a la siguiente sección para que nos azoten, ¿que prefieres?

—Sin comentarios —resopló dejándose arrastrar por su amiga hasta la pista de baile.

Lo pasó bien, demasiado bien. Las canciones pasaban, los pies le dolían de baile com aquellos tacones, la garganta ya no le ardía cada vez que un nuevo trago pasaba por ella. En algún momento de la noche le entró la risa tonta, indicándole que ya estaba borracha y no había vuelta atrás.

Alan le había dado una orden.

Zaida había desobedecido.

¿Qué podía esperarles al llegar a casa?

Le gustaría que fuera una noche creativa, pero Alan era de los que no le tocaría un pelo estando borracha, quizá lo más creativo fuera que le diera un beso en la frente y la arropase mientras le deseaba las buenas noches. Ahora se lamentaba de haber bebido tanto. Aunque pensándolo bien... Tal vez el castigo le llegara mañana con la resaca y sería bastante peor.

—Quiero irme —repitió Leyre por tercera vez mientras su pie pisaba con impaciencia el suelo.

—Ya nos vamos a ir, ahí viene Cyara —habló Alan, ni siquiera su tono de voz se oía cansado por tener que hacerse cargo de las tres, aunque sólo una estuviera borracha.

El dueño se despidió con una sonrisa en los labios mientras él le prometía que volverían a ir al club, las chicas desconectaron porque para cada una había sido una experiencia totalmente diferente.

Tras dejarlas en su casa se aseguró de que Zaida no se quedara dormida en el asiento de su coche, tenía pensado llevarla a su piso para estar con ella en la resaca del día siguiente, no quería acostumbrarse a eso pero la morena no le estaba dejando demasiadas opciones.

—¿Sueles beber hasta olvidarte de tu nombre cada vez que sales o solo lo haces cuando yo estoy cerca?

—Me has pillado, lo hago para poder dormir en tu cama.

Soltó una risotada mientras la cargaba en brazos, tal cual una princesa, y la llevaba a su habitación, esa que ya había tenido el placer de conocer. Dejó su cuerpo en la cama y se tomó el atrevimiento de sacarle los zapatos antes de que cayera dormida entre las sábanas que olían a él.

✨✨✨

Capítulo 1 de Oscura Tentación pero desde la versión de Zaida. Tengo un mar de emociones encima, lo juro.😭💫

Húmedas sensaciones Where stories live. Discover now