C a p í t u l o - 1 7.

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El omega era incapaz de seguir el mismo ritmo de las grandes zancadas que daba Lan WangJi a cada paso.

—¡Suéltame ahora mismo!—exigió intentando zafarse de su agarre.

WuXian sentía que, por cada paso que daba Lan WangJi, él debía dar dos o tres para no ser arrastrando. Varias veces llegó a tropezar, ocasionando que el alfa terminara por tomarlo en brazos.

—¡Bájame de inmediato!—gritó al verse sorprendido en el aire.

Al notar que el omega luchaba Lan WangJi cambió la posición colocándolo sobre su hombro. —No hagas escándalo.

Esa petición del alfa terminó empeorando las cosas. Wei WuXian se removió con aún más fuerza, llamando la atención del personal con el que se cruzaban. El gitano demostraría todo su descontento así tuviera que gritar lo que restaba del camino.

Quizás subestimó demasiado al alfa, ya que después de avanzar unos cuantos metros Wei WuXian sintió un golpe en su trasero. La voz de Wei WuXian se cortó enseguida. El gesto no había dolido en lo absoluto, apenas había sido una corta palmada, pero estaba altamente sorprendido.

—¿Acabas de nalguearme?—le preguntó incrédulo, ni siquiera durante el sexo Lan WangJi se había atrevido a tocarle de esa forma.

Lan WangJi no respondió, en su lugar siguió firmemente caminando al pabellón de plata, Wei WuXian se mantuvo en silencio el resto del trayecto, procesando lo que el alfa le había hecho.

En cuanto ingresaron a la habitación, Lan WangJi se aseguró que las puertas estuvieran bien cerradas, en un instante el menor fue colocado en el suelo al mismo tiempo que el alfa lo acorralaba con sus brazos contra la firme estructura a sus espaldas.

Si bien, Lan WangJi tenía una expresión taciturna la mayor parte del tiempo, en esta ocasión la intensidad de sus ojos decía más que mil palabras.

—Estás molesto—declaró el alfa sin dejar de ver al omega.

WuXian literalmente estaba acorralado contra la puerta, se veía pequeño comparado con Lan WangJi, sin embargo, eso no le impidió mostrar coraje ante la situación.

—¿Tú crees? ¿Mi golpe no fue lo suficientemente claro?—expresó levantando su rostro y profundizando sus gestos reprobatorios. —Pensé que odiabas que otros te tocaran. Parece que era mentira.

Lan WangJi suspiró. —Wei Ying...

—¡Sólo cállate!—gritó WuXian sintiendo que ya no podía seguir fingiendo tranquilidad, desde hace horas atrás tenía tantas ganas de gritar de impotencia. Tener al alfa de frente sólo le hizo alcanzar su límite, ocasionando que expresara todo su sentir de forma directa. —¡Te vi, no puedes negar nada! ¡No puedo creer lo que estabas a punto de hacer!, acaba de llegar ese omega y tú... y tú...

Esa voz que en un principio bramó con fuerza ahora se volvía más débil y ronca, llena de temor. —Si no hubiera estado... ¿Se hubieran besado? ¿Cierto?

Los ojos del menor ya habían comenzado a cristalizarse, quería evitar a Lan WangJi, pero debía de estar seguro que ese alfa no le mentiría, quería probar qué tan honesto sería con él. Porque algo que Lan WangJi jamás hacía era mentir.

La voz del Lan resonó con fuerza en la habitación. Breve, pero firme: —No.

Las lágrimas salinas comenzaron a caer de los ojos de Wei WuXian. Esa respuesta era la que más deseaba escuchar, pero aún había una gran sombra en su mente y corazón.

Sin soportarlo bajó la mirada y murmuró: —Todos en el harén hablan del príncipe XuanYu, dicen que hacen una linda pareja, que su matrimonio sería lo ideal para los reinos...

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora