C a p í t u l o - 1.

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El reino de YunmengJiang siempre había sido un lugar vivo y lleno de energía, pero desde la muerte del rey Jiang FengMian las cosas no habían ido del todo bien. Algunos reinos lejanos incluso hablaban sobre invadir y conquistar las tierras. Los pueblerinos vivían con incertidumbre, esperaban que con los matrimonios de sus príncipes pudieran obtener mayor protección.

Aunque todo aquello tenía sin cuidado a Wei WuXian, un gitano que realmente no pertenecía al pueblo de YunmengJiang. La importancia del comercio, economía y seguridad jamás cruzaron por su mente, para él era otro mundo totalmente ajeno al suyo.

Quizá llegó a conocer un poco a la familia real. Pero eso fue hace mucho tiempo, cuando el rey Jiang FengMian aún vivía, antes de que los deberes reales de los príncipes herederos terminaran distanciándolos; ahora sólo podía mirar desde lejos el palacio que alguna vez deseó conocer. Pero con su nueva perspectiva ya no parecía tan grandioso y mágico como ese entonces creía.

Con sólo desviar la vista regresaba a la realidad; desde el tejado de un viejo establecimiento observaba cómo la gente transitaba por las calles. Todos iban apurados de un lado a otro con mercancías en las manos, muy pocos parecían disfrutar del momento.

—¿De qué les sirve todo eso si parecen no ser felices?—cuestionó en voz alta el omega.

Los ojos grises se despegaron de las calles para regresar al bello palacio, el famoso palacio de YunmengJiang, Lotus Pier. Wei Ying jamás había entrado, pero sí conocía diversas historias sobre el lugar. Si bien, no era el más grande de los cinco famosos reinos, era uno de los que poseía los jardines más bellos.

Se decía que en el interior había estanques de loto que aromatizaban los corredores y que en verano el agua parecía brillar cual cristal por el reflejo del sol.

Mentiría si dijera que no quería darle un vistazo para verlo más de cerca, pero el hecho de pensar en estar tras murallas le ponía los nervios a flor de piel. Había ocasiones en las que soñaba con muros gigantes de piedra, muros que se volvían su prisión.

Esa imagen le hizo vibrar el cuerpo, al final el omega decidió alejarse un poco más del pueblo. Se supone que estaba esperando a su padre, quien había ido en busca de algunas cosas, pero no quería seguir observando tan deplorable escena.

El omega por fin bajó del tejado y empezó a caminar de forma rápida entre las calles. Todo estaba tranquilo dentro de lo normal, hace tres días incluso había visto un gran barco con el emblema de las nubes partir. Sabía que pertenecía al reino de GusuLan, aunque nunca había estado allí antes. Suponía que se debía a la futura boda de la que todo el mundo hablaba. No importaba a cuál pueblo del reino YunmengJiang fuera, el tema siempre era el mismo. La boda entre los príncipes Lan XiChen y Jiang WanYin.

Wei WuXian estaba a punto de salir del pueblo cuando miró a un pequeño niño que intentaba subir un pesado costal sobre una destartalada carreta. No podía quedarse de brazos cruzados, por lo que se aproximó al infante.

—¿Quieres una mano?

El pequeño niño retrocedió y no dijo nada, Wei Ying se preguntó si se debía a la oscura túnica que portaba, por lo que deslizó la capucha de su cabeza y mostró su rostro acompañado de una radiante sonrisa.

—Tranquilo pequeño, no te haré daño.

Con una expresión más amigable el niño sonrió de regreso y asintió.

WuXian no perdió el tiempo, se inclinó para tomar el costal y subirlo con relativa facilidad. En el proceso un collar con el emblema de la golondrina salió de entre sus ropas, el pequeño niño la miró y abrió grande sus ojos mostrando sorpresa. Toda persona sabía que las golondrinas eran el símbolo de los gitanos, pues estas representaban su libertad.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora