C a p í t u l o - 2 5.

8.8K 1.2K 1.6K
                                    

Podía sentir su cuerpo pesado, mover las extremidades se volvía una tarea casi imposible de realizar, no recordaba por qué su cuerpo dolía tanto. Su omega interno estaba tranquilo al percibir ese inconfundible olor a sándalo cerca, su mente parecía que apenas regresaba a la realidad.

Wei WuXian comenzó abrir sus ojos, se sentía un poco confundido y apenas diferenciaba el lugar. Sólo necesitó prestar más atención para detallar la elegante habitación que para su pesar resultó ser bastante familiar, además de que había una figura conocida a su lado.

—¿Xiao XingChen?—murmuró el menor tratando de adivinar si era un sueño o se trataba de la realidad.

La expresión del beta cambió a una de alivio—Al fin despiertas—XingChen le hizo una seña a una joven de la servidumbre que estaba a unos cuantos metros. —Rápido, avisa al príncipe Lan WangJi.

La mucama asintió para desaparecer por la puerta. Con eso Wei WuXian supo que no se trataba de ninguna alucinación, su instinto le llevó a guiar la mano sobre su vientre, donde evidentemente faltaba algo.

—¡Mi bebé!—el omega se sentó con prisa intentando salir de la cama, su miedo había aumentado al ver que no había ningún recién nacido en la habitación.

XingChen alcanzó a detenerlo por lo hombros para impedir que se levantara, con algo de fuerza le obligó a permanecer sentado. —Alto ahí, tu cuerpo está muy débil, no puedes levantarte.

A pesar de su voz de advertencia WuXian seguía inquieto, miró desesperado al beta. —¡XingChen mi bebé!

Recordaba claramente escucharlo llorar, era más que obvio que los hombres de GusuLan le habían encontrado, de lo contrario no estaría en su vieja habitación del palacio. Pero eso ya no importaba, necesitaba saber dónde estaba su bebé.

—Tranquilo, el pequeño príncipe está sano y salvo—XingChen le sonrió levemente. —Felicidades, diste a luz a un varón, un pequeño alfa fuerte y sano.

—Un alfa...—repitió WuXian algo aturdido.

XingChen asintió lentamente: —Así es, el príncipe Lan WangJi lo nombró Lan Yuan.

—Lan Yuan—repitió el omega sintiendo el peculiar nombre en su boca. El saber que su hijo estaba bien le tranquilizó, por lo que dio lugar a otra nueva preocupación. —XingChen, los Wen... ellos...

—Están en el calabozo—dijo el beta apenado. —Parte del consejo pidió su sentencia por traición a la corona y su encubrimiento en el príncipe Lan Yuan.

WuXian sintió que perdía el aliento al escuchar aquello. —¿Qué?

XingChen se removió en su lugar evidentemente incómodo: —Y no sólo la de ellos, también la tuya por haber conspirado contra el linaje de los Lan—antes de que Wei WuXian dijera algo o entrara en crisis agregó: —Pero el príncipe Lan WangJi se los impidió, aún están en discusión, mientras sigan bajo su protección ellos estarán bien.

WuXian se tocó la cabeza al sentir una punzada, todo estaba mal, muy mal. Estaba arriesgando la vida de personas inocentes, la imagen de Wen Qing, la abuela y el tío cuarto tras las rejas le hacía tener ganas de llorar.

El omega intentó calmarse: —XingChen, quiero ver a mi hijo.

Xiao XingChen suspiró desviando la vista.

—Lamentablemente no puedo traerlo, el consejo de GusuLan está en contra de tu estancia aquí, incluso prohibieron traer al joven príncipe ante ti.

Incluso antes de que el beta lo dijera, Wei WuXian ya lo había presentido, y ahora que lo confirmaba sintió su alma desvanecerse. Estaba molesto y asustado. —¡Es mi hijo!

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora