C a p í t u l o - 2 8.

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—¡Chenqing!—gritó eufórico el omega acercándose a la yegua, tenía tanto tiempo sin verla.

A pesar de tener más de dos meses de vuelta en GusuLan no había podido ir a los establos, hasta ahora que Lan WangJi lo llevó personalmente.

—Te eché de menos preciosa—dijo abrazando al animal, quien también parecía emocionado de verlo por la forma en cómo restregaba su cabeza contra WuXian. Para el omega fue inevitable no desviar sus ojos hasta la enorme panza. —Y por lo que veo estás a punto de explotar.

Mientras WuXian comenzaba hacerle una trenza en la crin como en los viejos tiempos, el hombre encargado de los establos se aproximó e hizo una inclinación. —Príncipe Lan WangJi, joven WuXian—con una gentil sonrisa informó: —Ya falta poco para que nazca el potrillo, en un par de semanas podremos darle la bienvenida.

Los ojos de Wei WuXian resplandecieron por la noticia. El omega se dijo que la próxima vez traería a su bebé para que lo conociera.

—¡Qué emoción!—WuXian miró al hombre. —Quiero que me lo hagan saber en cuanto nazca, por favor.

—Así será—respondió con cortesía asintiendo.

WuXian se mantuvo unos minutos más haciendo trenzas en la crin y brindándole algunos bocadillos a la yegua, después de eso se despidió prometiéndole visitarla más seguido y asegurando que la siguiente vez le presentaría a su hijo. Parecía que Chenqing le escuchaba y entendía, ya que parecía casi responderle.

Alfa y omega iban de regreso al interior del palacio, mientras caminaban sus manos se buscaron anhelando mayor contacto.

—Me gustaría ir a montar cuando estés bien y mi chica ya no tenga que cargar con tanto peso—comentó WuXian con cuidado, pues sabía que no tenía la misma libertad que antes y quizás ir a cabalgar sobrepasaba sus límites.

Para su suerte Lan WangJi no mostró signos de negación o de que hubiera algún problema con su petición. —Esperaremos a que nazca el potrillo, le daremos un tiempo y después podemos ir a montar.

Tentando un poco más a la suerte WuXian añadió: —¿Incluso podríamos tener práctica de espada?

Lan WangJi lo observó de reojo, parecía saber las intenciones del omega. Su voz salió de forma suave, la gran mano que envolvía la Wei WuXian le apretó con más fuerza, pero sin llegar a lastimarlo. —Haremos lo que tú quieras.

El corazón de WuXian golpeteó con fuerza, el Lan seguía siendo tan malditamente complaciente y romántico. Wei WuXian ya se había desacostumbrado a esos ataques de joven enamorado, debía mantener la calma o Lan WangJi le acabaría.

—Mi tío tomó en cuenta tus palabras y está iniciando una alianza con los Nie para la cría de animales—informó de la nada el alfa.

WuXian frenó en seco y le miró casi como si hubiera escuchado la cosa más surrealista de su vida. —¿Oí mal? ¿Tu tío está tomando en cuenta mis palabras?

Se ganó un asentimiento por parte del Lan. —Habló con el consejo y algunos también estuvieron de acuerdo, probarán que tan factible es para la economía—continuó diciendo con orgullo en su mirada—. Si funciona podrían pedirte apoyo.

Wei WuXian estaba enmudecido. Ni en sus sueños más raros pensó escuchar que parte del consejo y QiRen consideraran algunas de sus ideas, menos con esa facilidad.

—Increíble, primero me quieren fuera de GusuLan y ahora me piden alguna opinión sobre su administración—se burló WuXian. Era algo hipócrita por parte de esos hombres, pero sabía que le convenía a ambos.

—No lo dirán en voz alta, pero te creen alguien inteligente—dijo Lan WangJi acercándose al rostro de piel suave y mejillas tintadas de ligero rojo cual peonía—, y yo también lo creo.

Omega en el HarénDonde viven las historias. Descúbrelo ahora