𝑺𝒊𝒆𝒕𝒆: 𝑯𝒖̈𝒓𝒓𝒆𝒎

2.4K 241 40
                                    

El palacio estaba en silencio, todo era muy tenso y se sentía el olor a muerte por los pasillos, Mahidevran luego de pedirle que la besara se durmió y desde ese día no despertaba

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


El palacio estaba en silencio, todo era muy tenso y se sentía el olor a muerte por los pasillos, Mahidevran luego de pedirle que la besara se durmió y desde ese día no despertaba.

Había pasado una semana desde aquello, Hürrem se veía agotada, su alegría se había ido y se estaba encargando de mantener distraído a Mustafa, pero mientras la veía dormir no dejaba de culparse. Acarició la mejilla de su amada y dejó un pequeño beso en sus labios, estaban a solas una vez más y aunque a muchos les sorprendía la atención de Hürrem hacia la Sultana no decían nada pues Suleimán había autorizado que Hürrem pudiese cuidarla.

En parte la pelirroja no entendía la actitud de Suleimán, no antes de ver lo que sucedía realmente, eso también la estaba atormentando. Pero se ocuparía de aquello cuando Mahidevran abriera los ojos una vez más.

>> Los días fueron pasando hasta que dieron dos semanas, Hürrem estaba en sus aposentos cuando Gül Ağa entró a su habitación con la noticia de que la Sultana Mahidevran había abierto los ojos, rápidamente se levantó dejando sus cosas de lado y corrió por los pasillos ignorando las miradas curiosas, no le importaba, estaba esperando por ella hace bastante y la noticia que le acaban de dar había hecho que su corazón latiera esperanzado.

Cuando entró en aquella habitación estaban todos, Hatice caminó hasta ella y puso una mano sobre su hombro tratando de llamar la atención de Hürrem la cual solo hizo una reverencia mientras miraba a esa hermosa Sultana la cual ahora también la miraba.

Mahidevran sonrió levemente, le habían contado que Hürrem estuvo a su lado todo el tiempo cuidando de Mustafa junto a Mehmed lo cual hizo que ese sentimiento que tanto guardaban en su pecho con celo creciera más y más, le asustaba lo rápido que cada sentimiento hacia esa mujer crecía, no entendía como podía ser posible que una simple chica logrará tanto dentro de su ser y a veces de verdad sentía que entendía a Suleimán al haberse enamorado de ella a primera vista, era hermosa y también tenía un corazón de oro, aunque a veces pareciera que estaba todo el tiempo a la defensiva era algo totalmente entendible ya que en ese palacio no habían amistades totalmente sinceras.

Hürrem no dijo nada, se mantuvo parada junto a Suleimán, aunque en ningún momento le quitó la vista de encima la Sultana con miedo de que ella volviera a cerrar los ojos por un largo tiempo impidiéndole ver esos hermosos luceros, estaba enamorada y no podía negarlo ya que sentía su corazón se aceleraba de sobremanera cada vez que la veía, rozaba por un segundo su piel o tan siquiera la escuchaba hablar.

Sabía que era un pecado, pero la verdad estaba tan sumergida sobre ese mar de emociones que podía jurar que sentía esa arena suave pero peligrosa rozando sus dedos amenazándola con apresarle y dejarla ahogarse en ese amor que era mal visto ante los ojos de todo el mundo.

Poco a poco se empezaron a ir hasta que solo quedaron cinco personas; Ibrahim que se mantenía silencioso mirando de reojo a Suleimán y también a Hatice, y por último Mahidevran y Hürrem las cuales se dedicaban pequeñas miradas para luego seguir escuchando a Suleimán el cual le pedía a la madre su progenitor que tuviese más cuidado para la próxima para luego salir seguido de Ibrahim el cuál hizo una pequeña reverencia y las tres mujeres quedaron a solas.

-Así que no dirán nada- rompió el silencio una Hatice muy seria, por alguna razón le molestaba las miradas cómplices de las otras dos mujeres- Sé que esto no fue un simple accidente y ahora que haz despertado necesito respuestas.

Hürrem tosió falsamente ganándose la atención de las dos mujeres-No creo que sea lo mejor, Sultana Hatice- empezó acercándose a ella para luego poner su mano sobre las de Hatice que estaban entrelazadas sobre su regazo- la Sultana Mahidevran acaba de despertar, lo mejor que podemos hacer es dejarla descansar para que pueda levantarse mañana como lo indico la doctora.

Mahidevran solo asintió levemente mientras cerraba los ojos para seguirle el juego a Hürrem, pero también lo hacía porque una parte de ella sintió un escalofrío en su vientre cuando la vio tomar las manos de Hatice, le molestaba la cercanía de ellas dos pero tampoco era un secreto para nadie que Hatice veía como una amiga a la pelirroja, la quería aunque jamás lo decía sus actos eran suficientes como para dejarle claro a todos que al igual que Suleimán ella también tenía una favorita e irónicamente era la misma mujer; Hürrem.

Y es que vamos, ¿Qué ser humano no caería en los encantos de Hürrem?

Ella realmente era hermosa, su aura era alegre y todo el tiempo estaba haciendo bromas con las personas cercanas a ella, lograba sacarle sonrisas a cualquier persona y todo aquel que la mirara a los ojos caía rendido a sus pies y esas dos mujeres que eran prohibidas para Hürrem eran el claro ejemplo de ello, estaban a los pies de la favorita de el gran Sultán Suleimán.

Ella realmente era hermosa, su aura era alegre y todo el tiempo estaba haciendo bromas con las personas cercanas a ella, lograba sacarle sonrisas a cualquier persona y todo aquel que la mirara a los ojos caía rendido a sus pies y esas dos mujeres ...

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐜𝐡𝐮𝐫𝐜𝐡. [𝐇𝐮̈𝐫𝐫𝐞𝐦 𝐱 𝐌𝐚𝐡𝐢𝐝𝐞𝐯𝐫𝐚𝐧]Where stories live. Discover now