𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐜𝐡𝐮𝐫𝐜𝐡. [𝐇𝐮̈𝐫𝐫𝐞𝐦 𝐱 𝐌𝐚𝐡𝐢𝐝𝐞𝐯𝐫𝐚𝐧]

𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑖𝑒𝑡𝑒 (2/3): 𝐻𝑢̈𝑟𝑟𝑒𝑚

POV HÜRREM.

Cuando abrí mis ojos estaba con el par de hermanos mirándome atentamente, a su lado estaba una doctora la cuál sonreía levemente al igual que Hatice. Süleyman amplió su sonrisa cuando me vio mirarlo pero mi odio por él solo me permitió hacer una mueca de asco, miré hacia abajo concentrándome en mis manos pero él rápidamente tomó mis mejillas obligándome a mirarlo.

—No sabes lo feliz que me haces, mi rosa- dijo besando mi rostro e intenté alejarme pero apretó su agarre haciendo que me queje ante el ardor que me provocaba- no sabes lo feliz que estoy.

Empecé a negar con la cabeza porque sabía lo que vendría luego de esas palabras y empecé a llorar, no quería tener otro hijo, no quiero que venga a sufrir, no quiero estar más amarrada este hombre.

— Sümbül Ağa- llamó Hatice, podía ver los celos y la rabia en su mirada pero no me importaba, él caminó rápidamente hacia ella.

— Sümbül ve a decirle a la madre Sultana que reparta oro, que preparen dulces y la música empiece a sonar por todo el palacio, mi Sultana nos dará...

— Süleyman basta...- susurré, no quería escucharlo, no.

Cerré los ojos con fuerza sintiendo que el aire me faltaba ante mi intento de contener mis lágrimas, todos empezaron a salir para seguir las órdenes del Sultán dejándome a solas con él, me hizo mirarlo una vez agarrándome del cabello y se permitió sonreír burlesco.

— Ves como sí me perteneces Hürrem, todos en este imperio me pertenecen- susurró sobre mis labios- éste bebé que viene en camino es la prueba de eso, sé una buena Sultana,  cuida de ti y  de mi hijo, porque si llega a pasarle algo a ese bebé créeme que conocerás mi furia.

Lo miré y me reí levemente — ¿Conocer tu furia Süleyman? - me soltó de golpe y lo vi apretar los puños, claro... Ahora no podía golpearme- llevo meses soportando tus arrebatos, tus celos, tu posesión... ¿En serio me estás amenazando una vez más cómo si no hubiera pasado ya por el infierno? ¡Tú infierno!

  Lo ví levantar su mano apunto golpearme pero su acción fue interrumpida por la madre Sultana que entró rápidamente, caminó hacía nosotros ignorando lo que acababa de ver. Tomó mi mano acariciando mi palma, desde que ella se enteró sobre todo lo que me hacía su hijo se empeñó en cuidarme y protegerme de la crueldad que llevaba en las venas aquel hombre, esa bestia.

— Que Allah te bendiga hija mía- dijo acariciando mi mejilla, su sonrisa se borró al ver mi mejilla roja pero yo negué con la cabeza.

— No fue él...

Entre cerró los ojos mirándome, entonces Hatice entró una vez más a la habitación para informarle a su madre y hermano que el oro había sido repartido y que los dulces estaban preparándose, pronto habría una fiesta... Iban a celebrar mi encarcelamiento, celebrarían que mi verdugo seria padre una vez más como si realmente mereciera llevar aquel título: “padre.”