𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑒́𝑖𝑠: 𝑀𝑎𝒉𝑖𝑑𝑒𝑣𝑟𝑎𝑛.

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Sabía que algo malo estaba pasando, Ibrahim evadía mis preguntas relacionadas a Hürrem

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Sabía que algo malo estaba pasando, Ibrahim evadía mis preguntas relacionadas a Hürrem. Por más que preguntaba por su estado nadie decía nada. Sentía una desesperación gigante crearse en mi pecho, es como si pudiese sentir todo lo que ella sentía. Quería verla, ver a mi hijo, saber que los dos estaban bien pero nadie decía nada y el dolor crecía.

Mis días se fueron transformando una vez más en semanas y esas semanas en meses, no sabía exactamente cuánto tiempo había estado encerrada suplicando ver a Hürrem y nuestros hijos. Me arrodillé muchas veces a los pies de Hatice pero nada funcionaba, habían pasado ya seis meses y yo seguía sin saber nada, seguía estando en la cuerda floja. Gülsa dejó de aparecer y temí que algo le hubiera pasado, ella era mi única compañera en esta soledad, no podía llamar alguna de las criadas que siempre estaban detrás de mi pues sabía que ellas eran los oídos y boca de Süleyman.

La obsesión de ese hombre por Hürrem me estaba matando, toda mi vida se estaba guiando en automático. No tenía motivos exactos para vivir mas que ella y mi hijo. Pero la desesperación me estaba nublando la vista y quería mover mis piezas de una vez por todas pero sabía que no era el momento exacto para hacerlo. Además tampoco podía hacerle eso a Ibrahim, era el único que intentaba ayudarme en este lugar tan vacío y oscuro.

-Me estoy volviendo loca...- susurré mientras que los dedos acariciaban mi cabello mirada un punto fijo en el suelo buscando alguna respuesta a mis preguntas.

Llevaba meses preguntando por Hürrem y nadie decía nada, cuando le preguntaba a Ibrahim solo me miraba con tristeza y se iba. Algo realmente malo estaba pasando, ya no sentía su dolor, ya no sentía nada y temía que ella ya ni siquiera estuviera viva.

Caminé hacia la terraza y apoyé mis manos en el barandal sujetándome con fuerza, miraba el paisaje y veía como el sol poco a poco se escondía mostrándome un hermoso crepúsculo y mis ganas de llorar crecieron. Dejé que mis lágrimas cayeran hasta mis manos mojandolas, me sentía sola en este lugar, extrañaba a mi hijo y temía no volver a verlo jamás, solo es un niño no puede estar en las manos de ese monstruo por siempre o su corazón será corrompido y no deseo aquello.

La noche llegó una vez más, la luna estaba llena y me permití hablarle contándole mis dolores, mis tristezas y deseos pero sabía que mis palabras se las llevaba el viento y mis lágrimas se estaban secando sobre mi piel, no sabía exactamente que hacer. Miré hacia abajo y creí que estaba delirando.

Ahí estaba ella, su cabello suelto, llevaba un vestido verde, sus lágrimas mojaban sus mejillas. Talle mis ojos tratando de volver a mi realidad pero al volver abrirlos ella seguía parada en ese lugar escondida entre los árboles mirándome. Hice una pequeña seña para que se quedará escondida entre los árboles mientras buscaba alguna excusa perfecta para salir de aquél lugar pero ni siquiera fue necesario, Ibrahim tomó mi brazo y me hizo caminar por unos pasillos que jamás había visto, dimos directo al patio y él me miró.

- Escúchala, piensa bien lo que decidirás... Estaré acá para ayudarlas.

No dije nada más, solo corrí entré los árboles buscándola, unas manos tomaron mi cintura con fuerza pegándome a un árbol y empecé a llorar al verla parada delante de mi.

Estaba tan hermosa que sentía que era un pecado mirarla.

Ni siquiera dejé que hablara, me lancé a sus brazos abrazándola con fuerza escuchando su corazón latir y sus sollozos lastimeros que de vez en cuando se escapan de su boca. Estaba fría y sus lágrimas mojaban mi rostro pero realmente nada de eso me importaba, lo mucho que la había extrañado estaba cegando totalmente mi cordura, tomé su rostro buscando algún moretón o herida pero estaba todo bien eso me hizo sonreír algo aliviada.

-Tu rostro...- susurró acariciando mi mejilla donde había un pequeño moretón por uno de los golpes de Hatice que me daba cuándo le daban esos arranques de celos.

-Hatice- me encogí de hombros volviendo a mirarla- estás acá... No es mi imaginación, realmente estás delante de mi.

Ella sollozó una vez más y cerró los ojos.

- Me escapé, nuestros hijos están conmigo solo quería venir a verte... Ibrahim me ayudó con todo, solo debo decirte algo.

Volvió a mirarme, su mirada era oscura pero detrás de esa capa de miedo y odio había amor, ese brillo especial que tanto me gustaba, no dije nada solo espere que ella hablara pero seguía sin pronunciar ni una palabra solo me miraba y entonces entendí que algo realmente malo había ocurrido.

-¿Hürrem?- la llamé y apretó sus puños- Dime qué pasa por favor...

- Süleyman se está muriendo.

- Süleyman se está muriendo

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𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐜𝐡𝐮𝐫𝐜𝐡. [𝐇𝐮̈𝐫𝐫𝐞𝐦 𝐱 𝐌𝐚𝐡𝐢𝐝𝐞𝐯𝐫𝐚𝐧]Where stories live. Discover now