𝑇𝑟𝑒𝑐𝑒: 𝐻𝑢̈𝑟𝑟𝑒𝑚.

1.3K 169 17
                                    

Al destino le encanta dar golpes sin avisar, lo entendí cuando caí al suelo de rodillas sintiendo el sabor de mi propia sangre en mi boca

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Al destino le encanta dar golpes sin avisar, lo entendí cuando caí al suelo de rodillas sintiendo el sabor de mi propia sangre en mi boca. Ni siquiera sabía cuántos golpes llevaba, no tenía ni idea de cuántas lágrimas se habían escapado de mis ojos pero si tenía algo muy claro; Süleyman tenía que morir.

Su muerte sería mi vida.

Cerré los ojos y escupí, el sabor de mi sangre seguía ahí pero por lo menos ya no sentía que me estaba ahogando. Agarró mi cabello con fuerza y me obligó a mirarlo, su mirada era oscura y distante, no había amor, no había brillo. Otra bofetada cayó sobre mi rostro pero no me dejó moverme, otra, y otra, y otra.

Sollocé.

-¡Eres una maldita zorra!- otro golpe y cerré los ojos- ¡Te lo dije, te dije que eras mía!

Ni siquiera tenía voz para contradecirlo, mis fuerzas se habían ido. Estaba segura que esta noche seria la última vez que respiraría el mismo aire que éste bastardo pero tenía la pequeña esperanza de que ella no sufría lo mismo que yo. Antes de marcharme de aquella habitación le confesé todo, mi amor, mis más oscuros secretos y deseos.

Aún recuerdo ese brillo de venganza en su mirada cuando la verdad sobre Süleyman salió de mi boca, había una pequeña esperanza pero era tan pequeña como la gota de sangre que cayó sobre mi vestido roto, me quedé mirándolo pensando en como escapar sin perder la cabeza pero nada se me ocurría. Las puertas se abrieron y un asustado Ibrahim entró, lo apartó de mi lado e intentó ayudarme mientras le gritaba a su amado Sultán que era una bestia.

Süleyman entonces volvió en sí, me miró asustado como si no entendiera que había pasado, miró sus manos bañadas en sangre, mi sangre, y abrió los ojos sorprendido, creí ver un destello de dolor y desesperanza pero no me sentí mal por él, ahora más que nunca quería verlo muerto.

- Hürrem...

- No te acerques a ella- advirtió el Pasha alzando su mano- haré que una doctora limpie sus heridas y volveré, veremos si eres tan hombre como para golpearme también a mi.

Ni siquiera pude reír, solo caí inconsciente sobre los brazos del amante de Süleyman.

[🌷🥀]

No podía soportarlo, odiaba ver la tristeza en la mirada de Mahidevran. Sabía que mi rostro estaba maltratado, quizá no tanto como mi alma pero si lo suficiente como para hacer llorar de impotencia a la mujer que amo. Ella sollozaba apoyada en mi mano derecha, sentía sus lágrimas mojar mi piel y deseaba tanto decirle que por favor dejase de llorar. Odiaba verla así, su dolor era mi dolor... No podía soportarlo.


Desvié mi mirada pensando en todo lo que había estado pasando estás últimas horas desde que Mahidevran susurró que me amaba mientras acariciaba su cuerpo, el como después fui llamada a los aposentos de Süleyman teniendo claro que él ya sabía absolutamente todo.

Las paredes de este palacio tienen oídos y boca.

Ibrahim se había ido desde hace un buen tiempo, temía que esa bestia lo dañará. Si bien el Pasha y yo jamás nos llevamos muy bien, luego de que Süleyman me contase su verdad entendí el porqué, pero ahora ese hombre también sabía mi secreto al igual que la madre Sultana y Hatice, las dos me miraban con lástima desde la esquina de aquella habitación, pero había algo en la mirada de Hatice que me hacía querer esconderme, nunca ignore sus sentimientos hacia mi pero tampoco le presté la suficiente atención como para hacer algo al respecto y ahora ella sabía que amaba a la madre del heredero al trono.

Ni siquiera pude hacer algo cuando el sueño me venció y no me quedó más que cerrar los ojos para descansar, pero mientras dormía escuchaba voces a lo lejos, llantos y gritos. Podía escuchar con claridad algunos objetos caer al suelo y desperté agitada mirando a mis lados buscando solo a una persona en específico encontrándola sentada a los pies de la cama, se despertó al sentir como me movía. Nuestras miradas se unieron y pude ver en su mirada la tristeza, su pómulo estaba rojo y entré cerré los ojos.

- Hatice...- fue lo único que dijo y entendí a la perfección, el enojo creció en mi pecho, así que el ser bestias venía de familia.

Asentí con la mandíbula apretada, ella se acercó a mi y acarició mi rostro logrando que hiciera una mueca ante el dolor. Ella besó mis heridas y mi rostro hinchado, sentía sus lágrimas mojar mi piel y le abracé con fuerza ignorando el dolor de mi cuerpo al moverme tan rápido. Me permití llorar sobre su pecho escuchando los latidos de su corazón desenfrenado, cerré los ojos sollozando y aferrándome a su ropa buscando con desesperación fundirme en ella y convertirnos en una sola, una mujer más fuerte, más valiente y poderosa, pero ahí estaba yo... Llorando como una niña pequeña buscando el amor de la persona que ella amaba.

Me permití descansar ignorando todo a mi alrededor, me permití sentirme viva una vez más dejando que sus caricias limpiaran mi cuerpo bañado en pecado, que besara mi piel y que mis lágrimas de dolor se volvieran en unas de placer.

Ya no había vuelta atrás y las dos teníamos mas que claro aquello, estábamos jugando con fuego, danzando sobre él ignorando las quemaduras que éste ejercía sobre nuestro ser. Pero nada de eso importaba si la tenía a mi lado, el dolor se volvía placer y el placer anhelo.

Mi amante me ama y yo amo a mi amante.

Mi amante me ama y yo amo a mi amante

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐜𝐡𝐮𝐫𝐜𝐡. [𝐇𝐮̈𝐫𝐫𝐞𝐦 𝐱 𝐌𝐚𝐡𝐢𝐝𝐞𝐯𝐫𝐚𝐧]Where stories live. Discover now