𝐷𝑖𝑒𝑐𝑖𝑛𝑢𝑒𝑣𝑒: 𝐻𝑢̈𝑟𝑟𝑒𝑚

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El entierro de la madre Sultana fue uno de los dolores más profundos que había sentido estos últimos años, me sentía sola aún cuando estaba rodeada de personas

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El entierro de la madre Sultana fue uno de los dolores más profundos que había sentido estos últimos años, me sentía sola aún cuando estaba rodeada de personas. Ver como cargaban su ataud y saber que no tendría su protección y cariño me estaba torturando. Se había vuelto en una madre para mi desde el momento en que me puso detrás de ella protegiéndome de ese hombre que no era nadie más que su hijo, cuando limpió mis lágrimas y heridas, cuando vi sus lágrimas caer por sus mejillas al escuchar todo lo que había sufrido en las manos de Süleyman. Ella era la persona que me mantenía fuerte en este lugar junto a mis hijos, ahora estoy sola.

Mahidevran sigue parada a mi lado sin ningún expresión mientras vemos como ese ataúd se aleja más de más, ni siquiera me giré a mirarla, recordaba perfectamente tus palabras hirientes y no quería volver a escuchar sus reproches por haber actuado antes de pensar bien todo.

Pero... ¿Qué se supone que debía pensar? Ese hombre había matado mi ser, me destruyó. Mi cuerpo estaba manchado, sucio y marcado, mis gritos, mis súplicas y sollozos aún me atormentaban en las noches. Recordaba a la perfección el dolor de ser ultrajada, el como se desquitaba con mi cuerpo, como sus penetraciones acaban con mi dignidad y mis fuerzas. El como le suplicaba a Allah un poco de piedad pero nadie me escuchó, solo Ibrahim.

Caminé a mi habitación y me encerré, tomé a mi hija y la acomodé sobre mi pecho mientras sentía mi tristeza crecer, intenté no llorar pero me sentía tan vulnerable como mi pequeña Sultana, Sultana... Hijos de la dinastía, esta sucia y cruel dinastía la cual pisoteaba a las personas mas débiles. Yo ya no podía seguir siendo una mujer débil, debía seguir adelante con mi plan.

Süleyman debe morir.

Süleyman va a morir.

Golpearon la puerta, yo sabía perfectamente quién era así que no respondí nada solo dejé que ella entrará. Su mirada se conectó con la mía y me asustó un poco el no sentir ese típico cosquilleo sino que... Enojo, rabia y molestia.

- ¿Qué quieres?- pregunté tratando de que su visita fuese corta, no quería verla mucho tiempo su presencia me estaba lastimando.

- Hürrem yo...

- ¿Qué quieres Mahidevran?- solté una vez más- ¿Vienes a gritarme que soy una idiota una vez más?

- Sé que cometí un error al hacer eso Hürrem, pero entiendeme por favor- suspiré cansada y dejé a mi hija en su cuna para luego caminar hacia ella.

- ¿Y quién me entiende a mi?- susurré mirándola a los ojos- ¿Quién entiende mi maldito dolor? No puedo permitir que el siga vivo, que siga respirando cerca de mi.

- Hürrem...

- Si tanto quieres que ese bastardo siga vivo lo dejaré vivir, pero seamos sinceras las dos sabemos que eso solo me llevará a un destino, la muerte. - apreté la mandíbula viendo cómo sus ojos se cristalizaban- no entiendo el sentido de tus peticiones y enojos, sabes perfectamente todo lo que hizo y en vez de alegrarte por saber que se esta muriendo te enojas conmigo...

𝐓𝐚𝐤𝐞 𝐦𝐞 𝐭𝐨 𝐜𝐡𝐮𝐫𝐜𝐡. [𝐇𝐮̈𝐫𝐫𝐞𝐦 𝐱 𝐌𝐚𝐡𝐢𝐝𝐞𝐯𝐫𝐚𝐧]Where stories live. Discover now