Capítulo 3: La casa de los Asakura

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La abuela Saeko me levantó temprano en la mañana, anunciando que pasaría el día afuera para hacer compras, y que Mozu estaría cerca ocupado con sus asuntos. Le dije que estaba bien y se fue dejándome el desayuno.

La horrenda pesadilla que había tenido hoy seguía dándome vueltas en la cabeza y casi me sentía necesitada de recurrir al tío por consejos, pero no lo encontré en ningún lugar de la casa. Me encogí de hombros y lavé los objetos de la cocina que había utilizado.

Alguien llamó a la puerta y un poco perezosa fui a atender. Lo primero que vi fue un paquete enorme que ocultaba el rostro de la persona. Hice una mueca y le ayude a bajar la caja.

-H-Hola- saludó el hermoso chico de cabellos rubios. Claramente reconociéndome y hablando mi idioma -Tu debes de ser Maiko-san, la sobrina de Mozu.

-Así es ¿Y tú eres?- le pregunté repasando con la vista sus cabellos rubios. Me recordaba a alguien pero no sabía a quien exactamente.

-Soy Akiyama Sasuke. Trabajo con tu tío- sonrió orgulloso.

«¿Orgulloso de trabajar junto al tío? Sí, ya me vale....¡Espera un momento!»

-¿Akiyama? ¿Acaso eres hermano de Akiyama Joly?- pregunté sorprendida. Entonces si me recordaba a alguien, me recordaba a su hermana.

Se rió al ver que le reconocía

-Así es. Ella me contó que te conoció en la escuela.

«Bueno, viéndole bien realmente tienen un aterrador parecido»

-Eh, bueno ¿No está tu tío?- preguntó sacándome de mis pensamientos.

-Me he levantado hace poco y no lo he visto ¿Deseas dejarle algún recado?

-No precisamente pero podrías dejar esto aquí- me extendió la caja que hacía unos segundos me había fastidiado -Dile que son juguetes donados para los niños del pueblo.

-Se lo diré- tomé con dificultad la pesada caja.

-Arigato- hizo una reverencia

-¿Ariga que?

-Lo siento, eso quiere decir gracias.

-Pues de nada- reí nerviosa. Tendría que haber estudiado un poco más el idioma ¡Y era algo sencillo! El chico se despidió con un saludo de mano -¡Adiós!- mantuve la puerta abierta hasta que la silueta del hermano mayor de Joly desapareció .

«Que chico tan guapo»

Pero claramente tendrá más años que yo, pero no puedo estar segura o sacar conclusiones precipitadas.

«¡Deja de ser tan pervertida!»

Deje la caja sobre el suelo y me detuve a observar la residencia. Ahora me parecía demasiado grande estando sola y estoy segura de que no faltará mucho para aburrirme.

«Debería salir un rato a caminar»

Parecía una buena idea, llegaría temprano y tal vez la abuela ni se enteraría de que salí. No esperé ni a que llegara el tío, tomé un abrigo y me fui.

De momento miré los escalones sin deseos de bajar. Quizá no tendría porque ir tan lejos y el bosque no era precisamente tan grande, además lo había recorrido muchas veces con papá. Decidí ir por allí.

Solo había un trillo amplio entre todos los árboles y aunque seguía algo preocupada por la imagen tenebrosa de ayer no significaba que fuese malo pasar por allí. Después de todo solo sería una caminata.

Niebla: El zorro de nueve colas Where stories live. Discover now