I

2.7K 177 52
                                    

¡Oyeee! —gritaron a lo lejos.

Mis dos únicos amigos, los cuales eran parecidos a mí, en cierta forma... Se acercaban amistosamente hacia mí. 

Una linda amistad debería decir...

Hola, Kazuya... ¿Cuántas te hiciste ayer?

O tal vez no...

N-no digas e-ese tipo de cosas... —respondí avergonzado.

Vamos... sé que estás triste por lo que sucedió con Mami, pero supéralo hombre... —me motivó dándome palmadas en la espalda.

Creo... Creo que ya lo superé.

¿En serio?

Sí.

¿En serio? —preguntó Kuri.

Sí...

Ambos se miraron curiosos por mi respuesta. Tal vez les costaba asimilar que ya había superado el rompimiento con tal vez la mujer más bella que había conocido hasta el momento.

Pero, luego de meditarlo unos cuantos segundos, empezaron a reír.

Vamos, vamos, no bromees con tus amigos. Incluso has cambiado tu forma de vestir tan extraña, tu postura, tu cabe... ¡Si la superaste! —exclamó sorprendido.

Ya te lo había dicho... —dije algo fastidiado.

¿Tan poco confiable era?

No me lo creo... me alegro por ti, supongo... —dijo Kuri.

No lo puedo creer... —dijo aún incrédulo Kibe.

Mientras que Kuri parecía asimilar muy bien la noticia, Kibe parecía reacio a creerme. Y eso era aceptable hasta cierto punto. Una persona no iba a cambiar de la noche a la mañana.

Después de todo estoy haciendo un esfuerzo para salir de mi habitación y venir a estudiar...

Oh...

Repentinamente, unas hojas habían caído hasta mis pies, por lo cual me agaché rápidamente y empecé a recogerlas una por una.

Una chica con lentes y un par de coletas había dejado caer las hojas de su portafolio, por lo que decidí simplemente ayudarle con su pequeño accidente.

Parecía muy nerviosa, casi le hacía justicia a su atuendo de "nerd", aunque esta no lo era.

Ya que la verdad... me parecía muy linda.

No, no, no... concéntrate... No puedes pensar nada malo con la primera mujer que te cruces, es de mal gusto y muy desagradable.

G-gracias... —agradeció en voz baja.

Ella cogió los papeles de mis manos y se fue como había llegado.

Kazuya... —escuché detrás de mí.

Era un tono de voz algo tenebroso y con algo de recelo. No entendía por qué parecían molestos conmigo.

Ahora tienes escenas románticas con chicas desconocidas... ¿Acaso tu suerte también cambió?

Eso espero... —suspiré mientras era sacudido por mis amigos.

Con algo de suerte, conseguí llegar temprano a clases, los profesores ya habían empezado a agarrarme manía por llegar tarde, pero trataría de que esto no sucediese más.

Un cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora