XXII

1K 88 81
                                    

Estoy listo... Sí... No es nada grave... No te van a colgar del cuello, Kazuya... Estás bien... eres una buena persona... sí...

[¿Qué se supone que haces...?]


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Yo puedo... nada va a salir mal... ¡En serio! —traté de animarme mucho más.

Con una vestimenta no excesivamente seria... una camisa de color oscuro, una camiseta que combinaba con el azul noche, y finalmente... mi camiseta de espiral que guardaba siempre en mi corazón... Ay... esa camiseta siempre me causa nostalgia...

¡Vamo–...! Vamos... —murmuré totalmente deprimido al abrir con fuerza mi puerta.

Me asustaste. —se quejó sin ninguna pizca de sorpresa.

Chizuru, como siempre, estaba botando su basura en el peor momento posible... ese preciso instante en la vida cuando yo abría la puerta y justamente ella está pasando frente a ella.

Haces mucho ruido incluso a estas horas, ¿no? —continuó quejándose como la típica señora— No abras la puerta de esa manera, puede ser muy peligroso si llego a caminar un poco má–...

¿Qué haces, Chizuru? ¿Botando tu basura? —pregunté algo nervioso— ¿Te ayudo?

E-eh... —se sorprendió por fin— Si gustas puedes cargar con las bolsas... pero... Estás a punto de salir... ¿Estás seguro que quieres cargar esto?

Tienes razón... entonces... ¿Te acompaño? —pregunté ya más calmado.

Estaba nervioso por todo. Incluso el mosquito que me viene acompañando desde mi habitación me pone de los nervios... ¡Ahhhh! ¡Te odio Yaemori! Bueno... no... pero... ¡Ahhhh!

Pareces conflictuado... ¿Todo bien con Ruka? —preguntó empezando a caminar.

Todos mis nervios desaparecieron... no por tranquilidad... sino... por qué había quedado hecho una estatua... El viento parecía querer llevarme a un pozo sin fin de oscuridad...

Estoy acabado...

¿Q-qué tiene que ver Ruka-chan con mis conflictos? —pregunté mientras trataba de alcanzarla.

¿Hm? ¿Acaso ella... no se quedó el otro día contigo?

Glup... Mi saliva pasó por mi garganta... y el recuerdo de Ruka gritando por los aires... ¡Maldición!

Parece que ustedes dos... eh... —¿se puso nerviosa? No lo podía creer— Se han vuelto muy cercanos...

No, no... no pasó nada... Se quedó a dormir y me insistió en cocinarme... ya sabes cómo es ella... Y pues... sucedió lo del tifón... no podía simplemente dejarla a su suerte... no soy tan malvado.

Un cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora