XIII

1.1K 109 25
                                    

Err... Kazuya.

Sí, ¿qué ocurre? —le respondí a mi jefe.

Había pasado una semana desde la visita al santuario, y he vuelto a mi vida universitaria tan común... Pero con la ligera diferencia de tener un horario mucho más exacto y claro... 5 días de trabajo a la semana... Uhg... La vida laboral siempre era complicada... pero es mejor tener algo que no tener nada...

Hoy vendrá un nuevo empleado a trabajar con nosotros.

¿Un nuevo empleado? —repetí curioso— ¿Quién es?

Se trata de un–

Desde hoy empezaré a trabajar con ustedes. Encantada de conocerlos, soy Rusaki Sarashina. —se presentó con una sonrisa.

Tú... —murmuré algo preocupado por mi estadía en este trabajo.

¿Se conocen? —preguntó el jefe.

Por supuesto. —respondió por mí.

S-sí... somos amigos...

Supongo que eso es bueno. Espero trabajen bien juntos.

Le dieron una corta bienvenida. Le presentaron a uno que otro trabajador y la asignaron a ayudarme por el momento....

Esto no estaba tan bien como me lo imaginaba... pero tampoco me quejaba. Tener una cara conocida mientras trabajabas era algo ligeramente agradable.

¿Me quieres explicar por qué estás aquí? —pregunté mientras lavaba unos platos.

Pensé en tus palabras. Lo mejor para llegar a ser tu novia es llevarnos bien. Por ahora, me parece mucho más justo trabajar contigo... ¿Sabes por qué? Porque tu distancia entre Chizuru y Yaemori realmente me inquieta...

Tiene sentido. Y a la vez no lo tiene.

Además podemos estar juntos... —murmuró tratando de abrazarme.

No digas ese tipo de cosas cuando estás en el trabajo... —suspiré mientras evitaba que me alcanzara.

Me quejaré con el encargado. —amenazó empezando a caminar.

¿Realmente pensaste en mis palabras? ¿Crees que dejándome ver mal... caeré a tus manos?

Tsk... Bueno... pero déjame decirte que... ¡Soy libre de trabajar donde yo quiera!

Sí, sí... —le ignoré— Trabaja lejos de mí... Jefe... —le hablé a lo lejos— ¿No tiene que explicarle lo que hará?

Cierto. Vamos. Te explicaré lo que harás... primero te daré una descripción... —empezó a explicarle mientras se llevaba.

Ella se había calmado un poco... pero continuaba con esa agresividad que lograba sacarme de mis casillas...

Ya no quiero ver más caras conocidas, por favor Dios... te lo pido...

Así que estás aquí. —dijo mientras la puerta se abría.

Oh, estás trabajando aquí.

Yo no lo sabía...

Dios ha muerto...

Mi trio de amigos había aparecido. Por cierto, Kuribayashi no estaba presente.

Nosotros estamos con algo de tiempo libre, así que...

Un cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora