XXI

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19 de abril. Cumpleaños de Chizuru Ichinose, la que filtró la información a la señora demonio... es decir... a Yaemori...

Hoy iba a ser el día en el que le conseguiría un regalo... por alguna razón... luego de una conversación que tuvimos... en la cual me dijo básicamente que no tenía que estar consciente de ella... me hizo sentir culpable... o algo así...

Por cierto... la que me iba a ayudar... era muy tierna y linda... al menos por internet... Bueno, ella era linda donde sea... pero...

Ella hablaba de forma muy locuaz por medio de mensajes de texto.

¡Hm! —saludó levantando la mano.

¡Ella es muy linda! Ah... Sumi-chan purifica mi alma...

Nos saludamos. Caminamos un poco... y nos quedamos parados frente al paso de cebra... esperando a que el semáforo cambiara de color...

Aunque... Sumi-chan... parecía mirarme de reojo...

Pero no importaba. Tenía suficiente tiempo para conseguir aquel regalo... Así que... ya que me tomé la molestia de hacerle perder su tiempo... podría preguntarle sobre Chizuru al final...

... Sumi-chan era la indicada. Ella parecía ser más cercana a Chizuru después de todo.

Aunque... hemos pasado mucho tiempo juntos... creo que ya era hora de elegir un regalo por mi mismo... o al menos eso creo yo... ¡Ughh! ¡No lo sé!

Jajaja... pensé que mi apartamento estaba por colapsar en ese tifón... Es un lugar viejo, ¿sabes? —empecé a hablar.

Wow... ¿Ya dije que Sumi es increíblemente linda? Realmente deslumbrante... sus ropas son perfectas. Lindas y encantadoras... Es básicamente una princesa sacada de un cuento... tan pura y delicada...

¿Te quemaste la lengua? —pregunté riendo.

Hm... —asintió la cabeza avergonzada.

Entonces... ¿Deberíamos irnos? —pregunté tratando de sonar amable.

¿Amable? Pues sí... una quemadura de lengua era seria... además no parecía querer terminar su taza de café...

Sí... tengo mucha suerte de salir en una especie de cita con Sumi-chan...

E-eh... Sumi-chan... No me parece que...

E-está... bien... —respondió seria.

Y... prácticamente me jaló a una cabina de fotos...

Ahora, ¡Dense un fuerte abrazo por detrás! —exigió la IA.

E-eh... ah... ¿abrazo?

3... 2... ¡Miren a la cámara!

Completamente nervioso... me coloqué delante de Sumi... y enredé sus brazos en mi pecho...

Pensé que iba a ser menos vergonzoso así... pero... ambos parecíamos unos tomates a punto de volvernos Ketchup...

Me pregunto... ¿Cómo habrá salido la foto?

E-eh... ¡Es increíble! —exclamé asustando a Sumi— Perdón... creo que me emocioné...

Pero no importa como lo vea... ni como pose ante la cámara... el rostro de Sumi parece querer y atraer a cualquier tipo de cámara... ella era increíblemente hermosa... la calidad entre nuestros rostros y todo lo que se pudiese ver... era abismal.

Un cambioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora