Capítulo 4: Las Prácticas

1.3K 189 30
                                    


Al llegar al estacionamiento, éste estaba completamente vacío, no habían estudiantes ni maestros.

Andrés, abrió su auto y nos subimos a él. Al encenderlo y ponerlo en marcha, noté, cómo Andrés estaba demasiado callado.

Creo que la conversación anterior, había sido muy incómoda para éste.

Durante todo el camino, Andrés estuvo muy callado, solo escuchaba música y manejaba. No dijo ni una palabra en el tiempo que estuvimos de camino a su casa.

En cuestión de algunos minutos, llegamos a su hogar.

Éste, aparcó el auto y nos bajamos.

Antes de entrar a la casa, Andrés se me acerca y me mira directo a los ojos como si quisiera regañarme.

—Nunca he traído una chica a mi casa. Así que, solo dile a mi madre, que me trajiste para estudiar. —Me miró muy serio.

Asentí nerviosa mientras caminábamos hacia la casa.

Era una casa humilde, no en muy buen estado. Se notaba, cómo hace tiempo no la pintaban o la arreglaban.

Al entrar, pude ver, que en realidad, la familia de Andrés era muy humilde. Estos, no tenían nada de lujos, solo, lo necesario.

Las escaleras hacia el segundo piso estaban al entrar a la izquierda, luego de las escaleras, te encontrabas con la cocina a mano izquierda y en frente la sala.

—Andrés cariño, ¿cómo estas? —La mamá de Andrés soltó lo que estaba haciendo en la cocina y corrió a besarme la mejilla y a abrazarme. —¡Que bueno que llegaste! —Sonrió.

Se veía una mujer muy amable y cariñosa.

—Mamá, traje a una amiga. Vamos a estudiar. —Señalé la puerta en tanto Andrés entraba.

—¡Hola! —Saludo con la mano.

—Que bueno es ver amigas de Andrés, nunca me había presentado una, solo sus amigos Ramsy y Peter que vienen seguido. ¡Es un placer! —Le sonrió a Andrés dándole la mano.

—El placer es mío, soy Jimena. —Sonrió.

—Vayan, suban y estudien. Yo preparo la cena. —Se fue a la cocina sonriente.

Yo, estaba algo incomoda de estar en la casa de Andrés y conocer a su madre. No lo sé, nunca pensé conocerles ni entrar tanto en su vida.

La madre de Andrés era todo un amor y me sentía mal al tener que mentirle, ésta, pensaba que Andrés y yo en realidad éramos amigos, cuando en realidad, solo éramos unos despechados los cuáles tenían sexo cuando se sentían solos.

Subimos las escaleras al segundo piso mientras llegábamos al cuarto de Andrés. Al entrar, éste cerro la puerta de la habitación y colocó música medianamente alta, pero no lo suficiente como para no poder escucharnos el uno al otro.

Su cuarto era sencillo. Tenía una cama no muy grande en el centro, un armario de madera en un costado y una puerta la cual creo que sería su baño. En una de las esquinas de la habitación, había un saco de boxeo y a su lado en el suelo, algunas pesas junto con un espejo de cuerpo completo, dónde me imagino, éste se miraba al hacer ejercicios. Justo al lado de su cama, había una mesita de noche en la cuál Andrés tenía el radio encendido junto con una lámpara pequeña.

—Ven, ésta será tú casa por sabe dios cuanto. Ponte cómoda. —Caminé y me senté sobre la cama de Andrés mientras lo veía rebuscar entre sus cosas.

—Me gusta tu habitación.

Tenia que decir algo, no lo sé, la tensión entre nosotros era demasiado fuerte. Y así nada de esto funcionaría, teníamos que llevarnos bien, ya que ésta falsa, se con iría a la mierda si no nos organizábamos.

Cambio de Cuerpo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora