Capítulo 8: Inconsciente

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Andrés estaba ahí, callado, solo mirándome fijamente luego de haberme restregado en la cara que quiere que todo esto termine para luego no verme más.

Esas palabras habían sido como un puñal directo al corazón, y sinceramente, no sé por qué dolía tanto.

Asentí con mi cabeza en tanto me volteaba para abrir la puerta del baño y marcharme.

Andrés me sostuvo por brazo.

—¡Espera! —Su voz tenía un tono de preocupación.

Volteé mi rostro, Andrés me miraba afligido.

—¡Lo lamento! —Sus disculpas parecían sinceras. —No fue mi intensión herirte.

Me quedé callada mordiendo mi lengua para no mandarle a la mierda.

—Está bien, es mi culpa. No debí pensar que eras diferente. —Halé mi brazo con fuerza soltando el agarre de Andrés.

Abrí la puerta del baño, limpié mis lágrimas y caminé hacia la piscina. Aún frente a la barra, estaban los chicos, por lo que me dirigí hacia ellos, tomé la botella de tequila que estaba sobre la encimera y me bebí lo que restaba de ella.

—¡Woa! Tranquilo campeón. Vas a terminar en una esquina inconsciente si sigues así. —Dijo Max quitándome la botella, ahora vacía, de las manos.

—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —Felix colocó su mano sobre mi hombro.

—Sí, todo bien. —Vi cómo Andrés salía por las puertas de cristal de la casa hacia el área de la piscina.

Max me vio mirar a Andrés con rabia en tanto éste me devolvía una mirada avergonzada.

—¿Pasó algo entre tú y Jimena? —Max me miró a los ojos en tanto todos se quedaban mirándome.

—No, yo ni la conozco. —Me acerqué a la barra y me serví un vaso lleno de Whisky.

Todos se quedaron en silencio mirándome devorar el alcohol en mi vaso rápidamente.

—Mira hermano, ella me dijo que no tenía pareja. Si te gusta... yo respeto. —Dijo Allen subiendo las manos al aire.

—No, yo y ella no tenemos nada. Ya les dije, no la conozco. —Comencé a sentir cómo el alcohol se apoderaba de mi cuerpo.

—Bueno, eso es un alivio. Por qué en realidad me gusta. —Suspiró Allen mirando a Andrés quién había ido con mis amigas al otro lado de la piscina.

Comencé a servirme otro vaso de Whisky, ya el tequila lo había acabado, una pena.

—Éste cabrón va a terminar mal. —Escuché a Felix susurrarle a los demás.

—Si termino mal, pues, que bueno. —Comencé a arrastrar las palabras, mi lengua estaba pesaba.

De pronto, escucho la canción "Pepas" de Farruco, sonar fuerte por todo el lugar. Rápidamente, suelto el vaso sobre la barra y me paro a la orilla de la piscina comenzando a bailar.

Inmediatamente, algunas chicas que estaban cerca, se me acercan y comienzan a bailarme a mi alrededor.

Yo, me quito la camisa y comienzo a ondearla en el aire mientras las chicas pegan su cuerpo al mío rozándome.

Esto era lo que Andrés disfrutaba, lo que le daba sentido a su vida... las mujeres. Pues eso tendría.

Una rubia en bikini se me paró frente a frente bailándome sensualmente. Mi cabeza daba vueltas, el alcohol me controlaba y sinceramente, no sabía lo que hacía.

Cambio de Cuerpo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora