Cambio de Cuerpo ©

Capítulo 7: La Piscina

Perspectiva de Andrés

Increíble lo que tenía que aguantar por culpa de Jimena. ¿Quién se cree para decirme lo que tengo que hacer?

¡Puff, y que decirme que le siga la corriente a éste idiota!

—¡Amo ésa canción! —Dijo Allen sonriente. Yo le miré de reojo. ¿Qué carajos me importa a mí? —¿Bailamos? —Extendió su mano hacía mí.

¿Perdón? ¡Yo bailar con éste imbécil, ni loco!

Allen es un atleta de la escuela vecina, lo conozco por las competencias a las cuáles he asistido anteriormente. Todo el grupo con el cuál Jimena estaba muy contenta bebiendo, a todos los conozco de atletismo.

Allen siempre a sido el tipo de chicos los cuáles, si quiere algo, lo consigue. Y sé que eso era lo que estaba haciendo con Jimena. Solo quiere tacharla de su lista de deseos sin cumplir.

Siento cómo mi celular vibra en mi mano. Allen se me queda mirando por una respuesta.

—¡Voy al baño primero! —Le doy una sonrisa falsa saltando de la silla y dirigiéndome hacia dentro de la casa buscando un lugar para esconderme.

Paso entre chicos muy ebrios vomitando en el primer cubo de la basura que ven, parejas besándose en los muebles de la sala, y cosas que es mejor ni explicar.

Encuentro un baño cerca de la cocina, me encierro y miro el celular. Era Jimena.

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Jimena: ¡Vas a bailar con él Andrés! No le dejes plantado.

Jimena: Espera, ¿a dónde te fuistes?

Yo: Estoy en el baño Jimena. No bailaré con él.

Jimena: ¡Sí bailarás Andrés! Me interesa ése chico, y cuando tenga mi cuerpo, me gustaría salir con él. *Aprieto los labios y el celular fuerte en mis manos*

Yo: Es un idiota engreído que se cree que hay que besar el suelo que pisa, lo conozco.

Jimena: ¿Protegiéndome?

Yo: Sí, por qué sé que él no te conviene, Jimena.

Jimena: Cómo tú me dices, no es tu problema Andrés. Si no quieres bailar con él, está bien. Pero has que funcione.

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¡Maldición! Cómo me molesta Jimena cuando se le mete algo entre ceja y ceja.

Salgo del baño y con lo primero que me encuentro en con la cara de Allen esperándome afuera.

—Pensé que te habías perdido. —Sonrió mirándome de arriba a abajo.

—Solo, vine al baño. —Evite mirarle directamente.

—Sabes, eres muy linda. —Colocó su brazo sobre la puerta del baño acercándose peligrosamente a mí.

¡Pendejo aprovechado! ¿Qué cree que hace? ¿Cómo se atreve a hablarle así a Jimena?

Intenté colarme por el lado para irme de allí. Éste, puso su otro brazo en la puerta acorralándome entre la puerta del baño y su cuerpo.

¡Juro por lo más grande, que si me toca... le parto la cara!

—Te ves tensa, ¿estás bien? —Sonrió lamiendo su labio inferior.

—La verdad, sí, no creo que acorralarme en la puerta del baño sea lo más apropiado. —Le empujé por el pecho haciéndolo retroceder.